Si la música te eriza la piel, la respuesta va más allá de las emociones

Los científicos han dado respuesta al estímulo externo que siente la piel tras escuchar determinadas canciones
Si la música te eriza la piel, la respuesta va más allá de las emociones

 

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Si en algo estamos todos de acuerdo es que la música es pura vida: acompaña, emociona, anima y consigue cambiar un estado de ánimo. Forma parte de los mejores momentos y también arropa en los más tristes, y es capaz de poner bandas sonoras a cualquier situación de nuestra existencia.

A lo largo de su historia grandes canciones se han convertido en himnos. Todas son necesarias, todas son únicas, todas tienen valor. Hay tantas como gustos o intereseses en la sociedad. Sin embargo, no siempre nos llega a todos de la misma manera.

Su evolución, también va de la mano con los avances de la física y la química. La ciencia sigue superándose y da respuesta hasta a estímulos que creíamos naturales, sin razonamiento aparente. Pero eso ha cambiado, ¿por qué hay canciones que nos dan un escalofrío y erizan nuestra piel? ¿Qué hace que una canción nos convueca de tal manera que provoque nuestras lágrimas? ¿Cómo puede la música dar un giro en nuestro día y convertir un día gris en un día de lo más enérgico y optimisma? Pues hay estudios que responden a todas estas preguntas y llegan un punto más allá.

Hay grandes informes y estudios que avalan que la emoción que provoca una reacción en nuestro cuerpo no es una emoción en sí, sino que va mucho más allá, es ciencia y tiene que cer con ''cebreros más sensibles''.

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Según una investigación publicada por Social Cognitive and Afective Neuroscience, ''todas esas sensaciones corporales y mentales que tenemos cuando escuchamos nuestros temas favoritos o esa banda sonora que consigue convocernos y tocar la fibra más íntima de nuestro ser, tienen una explicación y es que las personas cuyos cuerpos responden al estímulo de la música tienen un cerebro estructuralmente diferente al resto''. Sí, como lees. Si te emociones y se eriza tu piel ante una canción: ''tienes un cebrero diferente, más sensible''.

Por su parte, los investigadores de Harvard juntaron a 20 personas para que hicieran una lista de sus canciones preferidas para ser exploradas en el experimento. El resultado que observaron está literalmente dividido y por tanto confirma la teoría: diez individuos dijeron haberse emocionado y los otros diez ingresaron no lo hicieron.

El estudio, entonces, fue más allá para detallar cómo el escuchar una buena canción, en la opinión de los participantes, podía tener efecto sobre el cuerpo para que se erice la piel. "Los resultados obtenidos, arrojan información tanto científica como filosófica sobre los orígenes evolutivos de la estética humana, específicamente de la música; tal vez una de las razones por las que la música es un artefacto culturalmente indispensable es porque apela directamente a través de un canal auditivo a los centros de procesamiento emocional y social del cerebro humano".

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El reciente estudio que ha vuelto a poner de actualidad estas emociones lo encabeza Matthew Sachs, estudiante de la Social Cognitive and Afective Neuroscience y uno de los investigadores principales, quien ha dicho que ''el escalofrío se debe a que hay muchas más fibras que unen las dos regiones, por lo tanto, tales conclusiones ofrecen profundas perspectivas científicas y filosóficas, arrojando luz sobre por qué la música nos ha tocado y nos ha hecho sentir tantas emociones desde siempre''.

Sin duda, la música es buena para estimular las emociones y estimularnos a nosotros mismos. Consigue sacar lo que llevamos dentro, tanto alegría como tristeza, es un desahogo y un desfogue para según qué momento. Ayuda a soltar y también nos inspira.

¡Qué viva la música!

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