¿Por qué escandalizan las axilas de Amaia?

Desde que la conocemos, la artista ha dejado claras sus ideas y también su estética, alabada y criticada a partes iguales 
Amaia

 

Redactora CADENA 100

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Amaia es luz, es comienzo y final, pero también camino. Un camino largo a través de la música y a través de la defensa ante los cambios. Amaia lucha por terminar con los condicionamientos, con los retoques absurdos que un día nos impusieron. Lucha por los derechos de las mujeres y por eliminar esos estereotipos que marcan la sociedad y que muchas veces nos reprimen, hacen que nos sintamos vulnerables.

Amaia demuestra que lo importante no está en las piernas o en las axilas, está en tu cabeza y, sobre todo, en tu corazón. En tus pensamientos y, sobre todo, en tus sentimientos.

Y todo esto lo hace con un gesto: Llevar los sobacos sin depilar.

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Este hecho ha propiciado que mucha gente la critique, argumentando que no es algo estético ni higiénico, sin saber que las mujeres comenzaron a depilarse las axilas a partir de 1915, a raíz de un anuncio en una revista norteamericana muy famosa, que presentaba “la nueva moda” y versaba; “la moda para el verano y el baile moderno se combinan para hacer necesaria la eliminación del molesto vello”. ¿Hacer necesaria? Desde el principio sonaba bastante raro. ¿Y por qué tenemos que seguir todas esta moda? Lo normal sería que cada una pudiese hacer lo que quiera con su cuerpo sin ser criticada. Sin ser el foco de la polémica.

Amaia, un ejemplo de naturalidad, sencillez y belleza

Amaia es una revolución porque rompe con los cánones, es capaz de decir “no” a las imposiciones marcadas por una sociedad que se fija más en el “look” de la actriz en cuestión que en lo que piensa del papel que interpreta y lo que intenta transmitir con él.

Se presenta a los actos sin maquillar, con pelos en las axilas, un peinado de lo más sencillo y un vestido low cost que todo el mundo se ha encargado de comentar. ¿Y por qué esto nos escandaliza? Porque pocas de las celebrities que están en este mundo se atreven a esto. A revelarse de verdad. No siempre tengo porqué estar guapa. No voy a ser un producto. No voy a ser lo que tú quieres. Ese es el mensaje que Amaia está lanzando, siendo ella misma, natural, sencilla y bella.

La Frida Kahlo de nuestra tiempo. Auténtica, mística y con un brillo que no lo marca el vestido que lleva, sino su sonrisa y, por encima de todo, su talento.

Bravo Amaia. Por ti y por tus axilas sin depilar.

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