Esto es lo que haces mal con tus patatas fritas y que las arruina por completo: "Hace que comamos menos"

Un experto analiza cómo deben ser las patatas fritas perfectas y da algunos consejos para que te salgan perfectas y no termines por querer tirarlas
Estas son las claves para hacer patatas fritas y no arruinarlas

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¿A quién no le gustan unas buenas patatas fritas? Si bien es cierto que no conviene abusar de ellas, por el hecho, precisamente de que los fritos no son algo que debamos meter en exceso en nuestra dieta, no menos lo es que suponen el acompañamiento perfecto para casi cualquier plato. Lo mismo una carne que un pescado hacen un tándem perfecto que este alimento que, además, cuenta con otra ventaja como el precio: son baratas y, además, llenan. Estas, para algunos, son una aiténtica adicción, y hay datos científicos que explican a qué se debe esto.




Adicción

Recientes estudios han asegurado que son capaces de estimular determinadas áreas cerebrales relacionadas con el placer y la adicción, convirtiéndose en uno de los snacks o acompañamientos perfectos a cualquier otro plato.

Pese a su aparente facilidad de preparado, unas buenas, crujientes e insuperables patatas fritas esconden muchos secretos.

La combinación de alto contenido en sal, grasas y carbohidratos hacen de ellas el principal responsable de que nos creen adicción. Así lo aseguran numerosos estudios realizados en diversas universidades de medio mundo que aseguran que suben los niveles de dopamina cuando las ingerimos, a lo que habría que sumarle la textura crujiente que siempre buscan sus fabricantes o los mismos cocineros.




Trucos de experto

Su origen es indiscutiblemente americano, pero pronto se extendieron por todo el mundo y hoy en día las encontramos en miles de versiones diferentes, aunque no todas tan populares como las french fries que triunfan en los establecimientos de comida rápida. Si hablamos de secretos o trucos que debemos conocer para elaborar las mejores patatas fritas, estos cuatro serían tal vez los que resumen su éxito, según explicanb desde las hamburgueserías gourmet Timesburg:

1. Para que queden crujientes, no deben ser muy gruesas, el aceite debe estar muy caliente y antes de cortarlas, debemos secarlas y eliminar su almidón en la mayor parte posible (por esto, sería ideal elegir patata nueva, que contiene menos fécula), lo cuál podemos hacer introduciéndolas entre 5-10 minutos en agua fría y ya cortadas.




2. No vamos a decir que las patatas fritas sean un 'snack' saludable, pero podemos restarle parte de esa mala prensa si las cortamos y freímos con su piel, ya que la fibra las hace más digestivas y también saciantes, lo que hace que comamos menos.

3. También es importante la elección del aceite de oliva, mucho mejor si es virgen extra, pero el que elijamos, que no tenga un sabor muy fuerte que pueda restárselo a nuestras patatas. Ni que decir tiene que una vez fritas, este aceite debe ser reducido al máximo con papel de cocina, sobre el que verteremos el montante de patatas fritas.

4. La sal es fundamental, pero como nos ocurre con muchos otros platos, casi nunca sabemos cuando debemos echarla, si antes, durante o después. Pues bien, si queremos que queden bien crujientes, siempre después y una vez secadas de todo su aceite sobrante.

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