El sorprendente dellate que no tienes en cuenta en la sopa tradicional y que cambia su sabor original

El caldo es el gran aliado en este tiempo, una receta sencilla que si se cocina sin prestar atención, puede estropear nuestras sopas o cocidos
Sopa

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Si algo cae bien al cuerpo en este momento, eso es un buen consomé o sopita con sus fiedeos bien caliente. En estos tiempos de la borrasca 'Filomena', no hay nada como este plato. Y es que el caldo es un plato de los que nunca fallan, y que además es una receta aparentemente sencilla. Si cuentas en casa con una olla exprés, los tiempos se acortan. Así que si quieres comer sano y no defraudar a tus comensales, atento a los consejos que necesitas para hacer de tu caldo un triunfo, para poder aprovecharlo en sopas, cocinados o cocidos.

Todos tenemos en mente la imagen de nuestras abuelas cocinando un caldo de pollo e incluso llegamos a evocar el olor. Son miles las posibilidades: sopa de pollo, de ternera, de puerros, de cebolla, de verduras... Podemos elaborar un caldo con una infinidad de ingredientes, aunque no siempre se puede acertar. Enseguida comprenderás por qué.

Cuidado con la carne que utilices

Como dice el refrán: “Para gustos, colores”. Pero nuestra recomendación, que hará que no cometas un error, es que elijas carne de gallina. Esto permitirá que tu caldo obtenga el sabor ideal y sea más gustoso. Nuestra apuesta es la carne de gallina, mejor que la de pollo. Obtendrás un caldo cargado de nutrientes y con mucho más sabor.

Entre los beneficios a los que renuncias por no usar gallina tienes: cantidades ingentes de calcio y magnesio que harán que tus huesos estén fuertes. Una alternativa que además es muy económica. El precio de la carne de gallina es muy accesible para todas las carteras.

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La espuma del caldo arruinará tu sopa

Durante la cocción, las verduras y la gallina desprenden una espuma que debes eliminar. Si no lo haces, esto podría ser la diferencia entre un buen o un mal caldo. Puede provocar que tu sopa adquiera un sabor amargo, y eso no interesa en absoluto. La rapidez es fundamental. Debes estar muy pendiente para poder eliminar la mayor cantidad de espuma posible.

El procedimiento es sencillo, retiras con una espumadera o similar las burbujas que se generen en la superficie y la apartas. Es fundamental que no la mezcles con lo que luego podrás utilizar para tus sopas o cocidos, pues el sabor podría cambiar drásticamente.

La sal y los condimentos son fundamentales

Nunca introduzcas la sal mientras cocinas la sopa. Hazlo al final, cuando esté casi listo el caldo. Así conseguirás que se adhiera mejor la sal al plato, y no se “disuelva” ni se “pierda” durante la cocción. Eso sí, en su justa medida. Recuerda que la sal en exceso no es buena. Más bien al contrario, tu tensión puede dispararse y eso no nos interesa. Por ello, emplea solamente una pizca de sal para darle ese punto de sabor que tu plato necesita.

Una prueba de que este plato es un clásico y de que funciona muy bien es la infinidad de referencias que encontramos en redes sociales. Por ejemplo, como ocurre con esta sopa de cebolla.

Toma nota de nuestras recomendaciones y obtendrás el resultado deseado. Un caldo con su consistencia y sabor idóneos. Para ello, recuerda. La sal, al final y en su justa medida. Mayor preferencia hacia la carne de gallina y no de pollo. Además, mejor que elimines la espuma durante la elaboración para evitar un sabor un tanto amargo.

Los orígenes históricos de la sopa

Los orígenes de este manjar se remontan al Paleolítico, período en el cual a nuestros antepasados se les ocurrió la idea de sumergir vegetales y trozos de carne en agua muy caliente.

Es más, hay algunas pruebas que sitúan esta práctica, que llega hasta nuestros días, en Francia,donde colocaban agua y alimentos en huecos naturales presentes en las rocas. El motivo por el cual hacían así el caldo es porque necesitaban primero ablandar los alimentos, que eran demasiado duros como para masticarlos.

Además, se conoce que en la Antigua Roma, Nerón,el reconocido emperador romano, consumía un caldo con puerros que decía que protegía sus cuerdas vocales. Incluso Marco Gavio Apicio, célebre por sus suculentas sopas, da prueba de la importancia de este entrante que todavía llega hasta nuestros días.

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