Binondo, el barrio chino más antiguo del mundo

En este lugar con cinco siglos de historia vive la comunidad chino-filipina de Manila, que comparte tradiciones chinas, cristianas y criollas
Así celebran el Año Nuevo Lunar en Binondo, el barrio chino más antiguo del mundo

Chinatown de Manila

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Hoy comienza el Año Nuevo Lunar, conocido popularmente como el "Año Nuevo chino" y, aunque cada vez se celebre en más partes del mundo, es interesante conocer más acerca de las tradiciones que tienen lugar hoy por hoy en lugares como Binondo, el barrio chino más antiguo del mundo.

Efe ha recogido algunas historias de habitantes de este barrio, quienes comparten sus costumbres en este arranque del año, calculado en función del ciclo lunar, y que da comienzo con la segunda luna nueva que sigue al solsticio de invierno; Este año, el cerdo es el protagonista.

Año Nuevo chino

Binondo. Febrero de 2016


"Soy chino-filipina, nativa de Binondo, y ningún año me pierdo los festejos de Año Nuevo. Este año le pedimos al cerdo prosperidad y abundancia", compartía Evelyn Xi, de 47 años, cuyos abuelos paternos nacieron en el gigante asiático.

Acompañada de su hija adolescente, Xi acudió a ver el tradicional desfile de la calle Ongpin, arteria principal del chinatown manileño, hoy llena de farolillos rojos, puestos ambulantes de comida figuritas chinas de la suerte, con el cerdo al frente.

Pero antes, acudieron a rezar a la Iglesia de Binondo, decorada con farolillos y cintas rojas, para pedir a la Virgen del Rosario y a San Lorenzo, que custodian el altar, "luz y buena suerte" en el Año del Cerdo, ya que el catolicismo forma parte de la impronta española que asumieron los mestizos chinos.

Binondo recibe en esta fecha la visita de alrededor de un millón de personas, que acuden desde bien temprano para ver el desfile,  en el que no faltan los tragafuegos ni la tradicional danza del dragón.

Sin embargo, en Manila ese pasacalles no se hace al ritmo oriental de los bongs o platillos chinos, sino que suena una tamborada de clara inspiración hispana que baila todo el mundo.

"Esta es mi cultura y creo que es importante que en Filipinas no nos olvidemos de nuestras raíces chinas. Por eso me gusta que venga tanta gente, aunque no tengan raíces chinas", comentó Weaver Go.

Go, de 15 años, desfiló junto a sus compañeros de la Academia Tiong Se, una escuela privada de Binondo que imparte clases en inglés, mandarín y tagalo para que los hijos de la comunidad chino-filipina no olviden su árbol genealógico.

"Hoy es un buen día para vender", admitió entre risas Lester, que peregrina la calle Ongpin con su carro de amuletos, talismanes y nudos chinos a 25 pesos cada uno, medio centavo de dólar.

Aunque no tiene sangre china, Lester se ha criado en Binondo y ha bebido de esa cultura, en la que no faltan los típicos puestos ambulantes de dumplings, xiaomao, wonton o noodles chinos.
 

Desde el año pasado, el Año Nuevo Chino es un día no laborable en toda Filipinas. "La amistad y cooperación entre Filipinas y China no solo ha traído prosperidad y crecimiento económico para ambas naciones, sino que también ha generado una cultura única nutrida de armonía en medio de la diversidad", compartía el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, en un mensaje de felicitación a los chino-filipinos.

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