Estas son las consecuencias que el coronavirus puede causarnos en la desescalada

En marzo aún no sabíamos todo lo que se nos venía encima. No éramos conscientes de la gravedad de la situación a la que nos enfrentábamos pero, tras el decreto del estado de alarma y los más de dos meses que llevamos confinados, empezamos a intuir que nada va a volver a ser como antes, al menos por el momento. Guardar las distancias, no tocar a nuestros seres queridos, salir a hacer deporte a determinadas horas o reunirnos solo de diez en diez, como máximo, son algunas de las medidas que deberemos respetar en las próximas semanas si queremos colaborar al descenso de los contagios.

Ahora, poco a poco, nos adentramos en la desescalada, que no va a ser fácil y, por lo tanto, nos genera ciertos miedos e inseguridades. Además, es ahora cuando las repercusiones psicológicas empiezan a mostrarse. Estas son algunas de las secuelas que el encierro puede haber dejado en nosotros, y que se manifiestan ahora, cuando volvemos, poco a poco, a recuperar nuestra libertad.

Repercusiones psigológicas que el confinamiento ha podido causarnos

Fobia social y síndrome de la cabaña

Segú cuenta el psicólog Juvenal Ornelas en la web MundoPsicólogos, "las fobias se producen cuando sentimos mucho miedo y cuando aparece la fobia, sentimos más miedo aún. Por lo tanto, existen un proceso de retroalimentación que es importante tratar". El experto explica que algunas de esas fobias que podemos experimentar en este período de nuestras vidas son el síndrome de la cabaña, fobia social por miedo al contacto o agorafobia, entre otros.

"Al principio, será frecuente que muchas personas experimenten el síndrome de la cabaña o de la cueva. Al principio del confinamiento nos resultó difícil encerrarnos en casa. Sin embargo, nuestro cerebro es capaz de adaptarse, adoptamos rutinas y estas nos sirvieron para aguantar y resistir. Ahora, con el desconfinamiento, viene el miedo, la incertidumbre, qué pasará con nuestros empleos, en las calles... Todo esto puede acabar desencadenando este síndrome de la cabaña", indica el psicólogo.

Trastorno de estrés postraumático

Esta parece ser la principal consecuencia y la que más vamos a encontrarnos, pues ya la hemos experimentado en distintos momentos de la historia, como el 11-S. Según explican los expertos, este trastorno se define como una alteración que aparece ante la exposición a un evento traumático o estresante al que una persona se ha visto sometido durante un cierto período de tiempo.

La intensidad de este trastorno dependerá de cada persona, y de lo mucho que esta haya sufrido los acontecimientos. Puede ser leve, en caso de que el confinamiento se haya desarrollado sin inconvenientes ni problemas mentales, o grave, si alguien cercano a esta persona ha padecido la enfermedad o, en caso extremo, ha fallecido a causa de esta.

En aquellos casos de TEPT de mayor grado e intensidad, la persona que lo sufre puede revivir de forma continua unos episodios cognitivos, a menudo ligados a ilusiones perceptivas que muchos pacientes comparan como cuando se repite una misma película de terror una y otra vez. Suelen ser imágenes, recuerdos y experiencias vividas que la persona afectada revive continuamente. Esta intensidad se dará en aquellos casos que el estrés haya sido mayor.

Trastorno obsesivo-compulsivo

Según el doctor Sorio, es posible que, tras la desescalada, encontremos ciertas conductas nacidas del miedo, como evitar salir, evitar acudir a lugares públicos o las aglomeraciones, por temos al contagio, etc. Estos temores pueden desembocar en enfermedades y trastornos más serios, como agorafobia o ataques de pánico y ansiedad. Además, también cabe la posibilidad de sufrir trastornos y alteraciones del sueño.

Este trastorno, además, se manifestará en una obsesión enfermiza por la limpieza, que llevará a los pacienes a condictas repetitivas, como el lavado de menos o la desinfección de distintas superficies.

¿Cómo superar estos trastornos?

Según los expertos, la única forma de superar estos miedos será de forma progresiva. A pesar de que el confinamiento se sucedió de un día para otro, y tuvimos que adaptarnos de forma forzada, el regreso a la vida normal deberá hacerse de forma gradual, para evitar el desarrollo de todos estos trastornos y miedos, en la medida de lo posible. Además, varios estudios psicológicos afirman que la mejor forma de superar una fobia es exponiéndonos a ella y batallándola, por lo que es aconsejable, siguiendo las medidas de seguridad impuestas por las autoridades, ir volviendo poco a poco a la normalidad que teníamos: volver al trabajo, a salir, etc.

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