Semillas de lino: el nuevo superalimento de moda

Las semillas de lino no son tan conocidas como las de chía, que desde hace unos años se hicieron famosas debido a sus increíbles propiedades, pero ahora son la nueva tendencia en el mundo de la alimentación saludable. Su popularidad ha aumentado en el momento en el que se han empezado a conocer sus múltiples beneficios que pueden ayudar al organismo. Entre otras cosas, estas semillas son muy ricas en fibra y en ácidos grasos Omega 3, por lo que hay muchas razones para empezar a incluirlo en la dieta.

Ayudan a controlar el colesterol

Debido a que las semillas de lino tienen un alto contenido de Omega 3 y 6, esto facilita el controlar los niveles de colesterol. Es algo fundamental para nuestra salud controlar y equilibrar las grasas en nuestra sangre, para prevenir posibles problemas cardiovasculares.

Favorece la digestión

Además del Omega 3 y 6, otro de sus componentes principales son las enzimas digestivas. Además, como una buena digestión es algo fundamental para realizar una buena absorción de los nutrientes, estas semillas también favorecen la pérdida de peso. Y es que, con la cantidad de fibra soluble que poseen, esto ayuda a su vez a reducir las grasas del cuerpo.

Ayuda al tránsito intestinal

Como ya hemos comentado, las semillas de lino tienen unos altos niveles de fibra. Por ello, esto permite depurar nuestro organismo, eliminando todas las toxinas de nuestro cuerpo. Además, como la cantidad de fibra es elevada, previene y ayuda a evitar el extreñimiento.

Control de la glucosa

Tras varios estudios médicos, se ha establecido que la fibra ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre, lo cual a su vez es fundamental para prevenir la diabetes. Aunque la glucosa es muy importante para aportar energía al cuerpo, es aun más importante que los niveles se encuentren en un punto correcto.

Poder antioxidante

Las semillas de lino son ricas en Vitamina E, que son a su vez un potente antioxidante que ayuda a proteger el cuerpo de los ácidos grasos y a cuidar el organismo ante la creación de moléculas tóxicas.