“Dust In The Wind”: el viento del espíritu de Dios
Tiempo de lectura: 2’
Junio. Mes veraniego estacionalmente porque el tiempo de bochorno está por llegar. Tal vez ahora haga una aproximación que se aquilatará una vez entrado julio y agosto, meses de estío por excelencia como cantaba Valle-Inclán en sus Sonatas. Ecos de luz solar que alarga hasta llegar a su tope el próximo día 22 para luego menguar minuto a minuto.
Una Pascua que se despide con ecos de continuar de alguna forma en celebraciones como la Trinidad o el Corpus en los próximos días. Un sonido a Pentecostés, Venida del Espíritu Santo para hablarnos de que seguimos a veces el sonido del viento como fenómeno natural y no del Viento del Espíritu de Dios que sopla para seguir sus pasos. Así lo recuerda Kansas en el tema de hoy coincidiendo con el fin de semana de Pentecostés.
La legendaria banda estadounidense que surge en 1970 sigue un influjo de Génesis, el grupo británico que legaría con el tiempo a su batería Phill Collins, triunfando en solitario. Sus integrantes se abren a una cosmovisión cristiana interpretando temas bíblicos como el tema “Dust in the wind” - “Motas de polvo en el viento”-.
Incluido en su álbum Point of know return, ellos siguen, en dicho disco, al Libro Bíblico del Eclesiastés que recuerda que somos motas de tierra a merced del viento. Su pionero fue Kerry Livgren, motor de esta banda. Concretamente en el capítulo 3, versículo 20. Una buena manera de entroncar con Ezequiel donde Dios presenta al citado Profeta un vale de huesos secos, pidiéndole que conjure al Espíritu cuyo viento les hará resurgir de las cenizas.
La letra, evoca lo de “Vanidad de vanidades y todo es vanidad", abriendo la posibilidad desde la letra a que contemplemos ese Cielo que no pasa y que nos trae ese Viento Recio del Espíritu que nunca jamás pasa porque perdura.
El tema logró abrirse paso desde el éxito en los años setenta. Una canción que muchos le costó escribir, pero Vicci, esposa de Livgren le animó a darle forma musical cuando se la enseñó como una idea. No en vano fue número 6 en las listas.
