'We kill the world (Don't kill the world)': canto de respeto a la naturaleza

Mitad de mayo. Poesía que brota de los corazones por el campo que pide paso como protagonista ante la inminente llegada de San Isidro, Labrador. Campo al que tantos versos, canciones y estrofas se han cantado de uno a otro confín, de un extremo a otro de los puntos cardinales.

Mundo rural tantas veces tan desperdiciado y que dice mucho de la condición de los hombres. De la manera de ser de los humanos que se recrean en el verdor natural y lo siegan por completo y no siempre para cosechar como Dios manda.

Un canto de letanías en las procesiones y rogativas de estos días pidiendo que llueva porque es extremadamente necesario, pidiendo cuidar del entorno ecológico y natural como lo hizo Boney M en 1981 con su tema “We kill The World (Don´t Kill The World)” -“Matemos el mundo (no matéis el mundo)”-.

La canción tuvo a Marcia Barrett, cantante jamaicana como voz principal, asistida por el coordinador de voces Bobby Farrell. El tema tenía la primera parte cantada de rock uptempo “We kill The World”, mientras la segunda era una balada. Brian Paul se encargó de coordinar la voces de los niños.

La letra hace referencia a lo que fue el mundo, lo que podría haber sido y lo que será. Donde había un hermoso parque, ahora se ha quedado en un solar devastado, arrasado por las torpezas de lo que se consigue cuando se desgasta el ecosistema. La pegadiza melodía de lamentarse por un pobre mundo que se encuentra destrozado. La melodía hace bailar al compás de una denuncia que nos sensibiliza -¡Y nunca mejor dicho!- ahora que nos encontramos en un momento en el que tantas torpezas pueden hacer que las nubes no regalen el fruto del agua tan anhelado.

El sencillo llegó a durar cerca de ocho minutos y se fue adaptando a cada país en el que triunfó. Su éxito le hizo número 1 en España, llegando al 12 en Alemania. No hay parte de Europa, ni en el otro lado del charco en el que no se haya escuchado un tema que sensibiliza para un trato auténtico del planeta que pide ayuda a todos para hacerle más acogedor para las nuevas generaciones.