“I Say a Little Prayer”: un espiritual que hace historia

Como quien no quiere la cosa hemos pasado el ecuador de febrero y, casi sin enterarnos, hemos cruzado al umbral del Tiempo de Cuaresma. Parece que fue ayer Navidad -porque aún quedaba algún resquicio hasta el 2 de febrero con la Presentación o Las Candelas- y ahí llega la sobriedad en la parte más inestables del invierno a veces tornándose a un clima de calor que nada tiene que ver con la estación, mientras en otras ocasiones la temperatura se desplomará, para que no se diga que no es invierno.

Y entornando la puerta cuaresmal los aromas de torrijas y dulces muy sobrios afloran buenas razones para ir recorriendo esas viejas glorias espirituales de cantantes y coros gospel que tanto han dado que bailar en jóvenes y mayores, asobre todo en los años 70. Una de esas viejas glorias gospelianas es la “inmortal” Aretha Franklin y uno de sus éxitos más orantes puede ser perfectamente I Say a Little Prayer (Digo una pequeña oración).

La canción está compuesta por el estadounidense Burt Bucharach, gran ideólogo de música gospeliana así como otro ritmo soul, pero no digamos que no se encuentra algún ingrediente de este estilo en nuestro tema de hoy. No obstante el año 1967 cuando vio la luz el tema parecio muy rítmico, pero eso no le gustó mucho a Aretha. Esa es la diferencia entre ella y la cantante que la interpretó al principio, Dionne Warwick. Aretha como buena hija de pastor baptista que da importancia a la música gospeliana, prefirió cantarla con un estilo más lento, menos movido. Sin embargo, no menguó la letra ni el mensaje de fondo tan profundo como pegadizo.

La letra es una perfecta oración que pega en cualquier época del año, también en Cuaresma. Por eso la rescatamos. El estribillo es que desde por la mañana hasta el final del día rezo una oración por ti. Siempre, siempre, da igual en el tocador, en el coche, en el trabajo, que no faltará una oración por ti.

Sin duda “I say a little prayer” es una canción con alma que consagra el rezo a Dios en clave musical para desembocar en la consagración del amor al hermano, todo ello cantado como para que no se olvide y se cumpla.