Camilo, el artista que no separa su música de su intimidad: así es el hombre detrás de la estrella

Este fin de semana, la música -y el buen rollo- de Camilo resonará en la localidad gaditana de Sancti Petri de la mano del Concert Music Festival del que CADENA 100 es la radio oficial. El colombiano aterriza así en España con el 'show' con el que está presentando, a nivel mundial, su último álbum, 'Mis manos'. Un recopilatorio en el que se incluyen temas como 'Vida de rico' o 'Bebé', que han llevado a que sus canciones se conviertan en virales casi al tiempo que las lanzaba. 24 son las citas que tiene con el público español y, para la que le reunirá con sus seguidores en la capital a principios de septiembre, hace tiempo que las entradas están agotadas.

Pero, para entender el fenómeno Camilo, ese que empieza por sus ritmos baliables y pegadizos y que termina en ese bigote infinito que se ha convertido en la seña de identidad de su imagen, hay que profundizar en el carácter humano de un chico nacido en Medellín en el seno de una familia en le que la ausencia de radio se suplía con una amplia colección de vinilos en la que The Beatles, Charly García, Facundo Cabral, Mercedes Sosa y Pink Floyd formaron parte de la primera banda sonora de su vida.

Construyendo a la estrella desde abajo

Ese germen fue el que le llevó a que empezara a florecer en su interior el deseo de dedicarse a la música de manera profesional. Aunque, quizás, no se imaginaba la repercusión tan enorme que iba a tener. Lo que sí podía atisbar, desde que intentó abrirse hueco en la industria, fue la dureza de un camino del que hoy, tras echar un vistazo a sus espaldas, puede presumir. Camilo se presentó junto a su hermana Manuela a la versión colombiana de 'Factor X'. Era 2006 y en aquellas audiciones les tiraron para atrás. Un año más tarde, con la audición preparada a conciencia, volvía a probar suerte. Esta vez, le sonreía. Y de qué manera: llegó a la final, la ganó y eso le abrió las puertas del mercado discográfico. También las de la televisión, aunque no tardaría en darse cuenta de que lo suyo era la música.

Hasta el punto de que, tras realizar un par de giras y de sacar alguna que otra canción bajo el nombre de Camilo Echevarry, con el que se dio a conocer, hacía las maletas rumbo a Miami, donde comenzó a abrirse hueco para letristas a los que ayudó, con su talento, a asentarse en este mundillo: 'Sin pijama', para Becky G; 'Veneno', para Anitta; 'Ya no tiene novio', para Sebastian Yatra y sus cuñados Mau y Ricky... ¿De ahí? A la fama con sus propias canciones y esos dos álbumes de estudio que le han llevado a ser uno de los artistas más seguidos del momento.

El valor de su familia

Si tratamos de desvincular esa parte profesional de la personal, nos es imposible. Más que nada porque, como él mismo ha explicado en más de una ocasión, no quiere. Para él no existe una dualidad. Un doble Camilo. Y eso es lo que le dota de una autenticidad mayor con respecto a otros colegas de profesión que se afanan en trazar límites y levantar muros. "La música es algo tan personal que, si yo quisiera dividirla, no podría. Mis canciones son un reflejo honesto de lo que soy y estoy viviendo. No puedo fingir que sea de otra manera. No puedo besar a otra mujer en un vídeo, aunque sea modelo y sea guapa, si no es mi esposa. Me sentiría raro si hablo de una casa que estoy creando y es otra que no es la mía. No encuentro otra manera de ser yo que no sea desde mi desnudez. En mi carrera quiero ser la misma persona, con mis amigos y con mis fans. No tengo un muro que divida mi vida personal de la artística, y eso me hace más yo, más Camilo", eran sus palabras en una entrevista reciente con 'El Periódico'.

El colombiano habla de su mujer como una parte fundamental de su carrera, y vaya si lo es. Hablamos de la actriz y también cantante Evaluna Montaner, protagonista del videoclip de 'Vida de rico' en el que muestran ese nuevo hogar que han construido y con el que pretenden demostrar que el poder del amor es mucho más necesario que cualquier accesorio material. Porque así es su amor: sin artificios. También es de ese modo del que lo enseñan en Instagram, donde él atesora 22 millones de 'followers', y ella, supera los 16. Una pareja de éxito que no duda en mostrarse en sus rutinas diarias ante toda esa comunidad virtual que no para de crecer.

De hecho, la pareja se casó en febrero de 2020, tras cinco años de relación y dos como prometidos y esa fuerza con la que arrastran a las masas en las redes sociales, llevaron a que se convirtieran en tendencia. Ellos mismos explicaron en una entrevista para Telemundo en 2017 cómo se conocieron, algo que no habían revelado por la simple razón de que la cuestión no había salido sobre la mesa. Ella se encontraba en Colombia por razones de trabajo de su padre, que formaba parte de 'La Voz' en aquel país. Durante ese periplo, la contrataron para promocionar un champú para niños y, al llegar con el coche al evento, él estaba llegando... y les tocaba presentarlo juntos. Aquel fue el contacto entre ellos. El mismo que no fue a más porque ambos estaban emparejados en ese momento. Tardaron un año en volver a contactar. Por Twitter. Aquellos mensajes privados fueron la primera piedra para edificar lo que hoy tienen.

Aquel enlace que congregó a unas 350 personas y al que sucedió un enlace en las Polinesia francesa que, por supuesto, fue convenientemente 'retransmitida' a esos fanáticos que quieren seguir cada uno de sus pasos. Por cierto, que uno de los presentes en la boda, como no podía ser de otra manera, era el padre de ella que ejerció de padrino: Ricardo Montaner. Otra estrella de la música en América Latina -en su caso, venezolano- con la que cerrar el círculo rítmico de un clan al que le basta el amor, el espítitu familiar y el no tener secretos con su público, para considerar que tienen una 'vida de ricos'.

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