De Rancho o cómo montar una banda en una semana... y acertar a la primera: unos chavales cumpliendo su sueño

Son tres chicos de la periferia de Madrid, 'de rancho'. A punto de lanzar 'Y tú de quién eres' y con su segundo disco en el horno, reciben a CADENA 100

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CADENA 100 pasa una mañana con De Rancho en su estudio de grabación: así son y suenan

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  • Diego Falcone

Tiempo de lectura: 8’

¿Conoces a De Rancho? Si la respuesta es sí, entenderás que CADENA 100 -donde ya sonaron dentro de la mejor variedad musical, con 'Otra Navidad sin ti'- haya querido acompañarles en su estudio de grabación para presentártelos. Y, si es no, te va a interesar seguir leyendo. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que se postulan como una de las bandas jóvenes, con talento y con un sonido fresco al que han dotado de una seña de identidad sustentada en la carencia de etiquetas de género musical y siempre apoyándose en el sentimiento. Unas líneas, estas, detrás de las que se refugia lo que hacen Adri, Walker -es, nada menos, hijo de Nigel Walker, el productor musical de nombres con tanto peso como Pink Floyd, Paul McCartney o Aerosmith, por ponerte unos ejemplos rotundos- y Darío, las caras visibles de un equipo mayor que se afana en cuadrar cada acorde y cada estrofa de esos temas que pueden tener un aroma a Estopa por lo aflamencado, pero también a muchas de esas infuencias.

Pero comencemos por el inicio para poder comprender los pasos siguientes que les están llevando a poner en pie un segundo disco. Uno en el que encontrarás temas como el 'Y tú de quién eres' del que suena un pedacito, como adelanto, en el vídeo al que accederás dando al 'play' sobre la imagen en la parte superior de esta noticia, y en el que también verás, al cajón, a Pablo. Quien se encarga de ponernos en contexto es Adri, la voz cantante: "Yo tenía un proyecto de música urbana. Me he dedicado a la música urbana desde que tengo 13 años y, aunque hiciese rap, que es el campo en el que yo me he movido siempre, sí que es cierto que mis referencias eran musicales en lo amplio de su espectro. Siempre tuve el sueño de formar una banda".




"Sentía, a medida que iba cumpliendo años, porque el rap que es algo precioso y hay gente que lo sabe prolongar a lo largo de su trayectoria, pero yo, con mi poesía y mis ganas de contar las cosas, me veía limitado por lo que es la estética del rap. Por el condicionante temático que tiene que, al fin y al cabo, es una música de la calle y es difícil salirte del tiesto de sus parámetros. Cambiaron un montón de cosas de mi vida, en una época de cambios, y lo único que me quedaba era eso y dije: 'Igual es el momento de saltar a ese piscina'", reconoce antes de añadir cómo a Walker ya le conocía y, de Darío, les llegó un audio de WhatsApp de cuatro minutos con un chaval tocando lo que les faltaba, la guitarra flamenca.

El cantante añade esos flecos finales para entender cómo fueron capaces de poner en pie el proyecto en menos de una semana: "Le contactamos, le invitamso a un café, le preguntamos si le apetecía esta aventura y, en una semana, teníamos un concierto. Nos inventamos un nombre de grupo, hicimos versiones de mis propias canciones, pero con los músicos, y fuimos allí. 'Esta es nuestra banda y nos llamamos De Rancho'. Nos inventamos la banda en una semana. Fue algo así casual, aparentemente, pero por mi parte era un sueño de la infancia y construir una música que hablase un idioma más universal. Los chicos lo recibieron con ganas y esa primera semana fue de testeo y ya nos pusimos locos a desarrollar".

Influencias distintas, mismo camino

Lo siguiente que nos preguntamos es de dónde vienen musicalmente y cómo han sido capaces de aunarlo todo. Porque Adri, ya le hemos presentado, viene del rap y de lo urbano, ¿los demás? "Yo vengo de Cuba. llevo aquí 8 añistos. Toco la guitarra clásica. Un poco mercenario soy yo", dice, con mucha discreción, Darío. De hecho, a lo largo de esta charla en el Cool Mood Studio, apenas habla. Cuando agarra la guitarra española, es otra cosa. "Desde pequeño he estado en bandas de instituto más orientadas al rock. Incluso, tuvimos una banda de tributo a Metallica, en un momento dado. Cosas de adolescente, acabé en el rap y escribiendo. La guitarra quedó en segundo plano, luego fui conectando las dos cosas. Yo había trabajado con Adri y con Garci en arreglos y producciones y un día me llamaron para presentarme la propuesta", explica Walker.

La clave para que toda esta mezcolanza bien encajada, es muy sencilla: "Al fin y al cabo, cada uno cojea de su pie, pero somos apasionados de la música. Y, aunque cada uno tengamos nuestro espacio más purista, coincidimos en que él que es un virtuoso tocando flamenco, cuando nos lo enseña, no podemos no darnos cuenta y disfrutarlo. Cada uno aporta lo suyo y es un entendido en su recinto, pero todos disfrutamos de la música en general y somos unos enamorados de la música. Entonces, intentamos hacer algo sin mucha etiqueta", pone sobre la mesa Adri antes de añadir: "Ahora la música y el Arte en general tiene esa peculiaridad, que no hace falta que esté tan parcelado. Hay que vibrar y disfrutar, obviamente, siguiendo unos valores más que un sonido que definan al grupo. Pero, luego, sería muy aburrido por nuestr aparte limitarnos a no hacer algo que nos apetezca en un momento determinado por lo que nuestro género requiera".

Si te has preguntado de dónde viene el nombre, como nos pasó a nosotros, él mismo toma la palabra: "Yo soy de Aranjuez y la gente, cuando yo era niño, cuando les preguntaban 'de dónde eres', decían que de Madrid. Porque quieres ser de la ciudad, no quieres ser un paleto. Conforme va pasando el tiempo, me enamoré de ser un paleto. Un paleto para los madrileños, al menos. Como Aranjuez está tan al sur de Madrid, era como mi broma personal: somos del rancho, somos sureños de Madrid. Dio la casualidad de que Darío, aunque venga de Cuba, vive en Valdemoro. Y Walker vive en Brunete. Entonces era la bromo como de 'chicos de la periferia'".




Música de rancho para chicas de ciudad

Hasta ahí, la parte sentimental, pero también tiene una cultural y melódica: "Y luego, también, por un imaginario estético. A mí siempre me ha gusto mucho la música de carretera, el sur de los Estados Unidos con el contexto extético. Como que el 'country' y la música folk me parece que hablan de la cotidianeidad de las cosas sencillas de una manera bonita. Y era un poco lo que pretendía. Me cansé de la estridencia y como que me apetecía naturalizar las amistades de siempre, la naturaleza, una vida sencilla y rural... En mi cabeza era como una contracultura. Todo el mundo quiere ser ahora tan ciber del espacio y tan electricoartificial y plasticoso, que lo respeto y me parece chulo, que me apeteció ser lo contrario. 'De Rancho' fue lo más gráfico que se nos ocurrió".

Para ponerle la guinda al pastel, esa 'camper' con la que se les identifica rápidamente. "Aunque el mundo va muy rápido y es una realidad. Entonces, es muy extrañó que unos chavales les dé por intentar ser un poco añejos y hacer resaltar otro tipo de valores. La camper juntaba todo: la carretera, que nos encantan los 'road trips'; el mundo rural; el mundo ranchero... daba mucho juego. Cuando lo encontramos, fue perfecto". Su lema es claro y, con todo esto, ahora lo entenderás mejor: "Música de rancho para chicas de ciudad".

Entrando en ese álbum dentro del que encontraremos el 'Y tú de quién eres' que nos han dejado para que te ofrezcamos un pedacito, Walker da las claves maestras sobre cómo tienen en su cabeza el concepto. Sobre todo, para no estancarse de aquello de lo que vienen. "El primer disco, realmente, es como una recopilación de las primeras canciones que hicimos. Es un disco, porque le hemos dado ese formato, pero son las 10-12 primeras canciones que hemos hecho juntos. Este segundo está orientado, desde que nace, a ser un disco. Para nosotros también es importante subir un nivel. Que no sea como la segunda colección de canciones de ese calibre. Queremos que sean misiles de tanque. Mejorar todo lo que se pueda ahora que ya nos conocemos más, tenemos más apoyo por todas partes. Usar el apoyo y las herramientas que tenemos a nuestro alcance para hacer mejores canciones", explica de manera sosegada.




Segundo disco, en el horno

Unos temas que han sido concebidos todos en Mallorca. Se marcharon una semana, compusieron, idearon, se empaparon de la música -ni utilizaron el 4x4 que tenían a su disposición para descubrir los rincones de la isla- y, en ese espacio sin distracciones, salió una obra que les ha servido para entender "la nueva magnitud de la música. Cómo se entiende esta música, nosotros que venimos de lo urbano. Somos gente joven y venimos de una escuela en la que con un portátil con un cuarto se hacen grandes cosas. Y nosotros hemos dado grandes pasos hacia atrás en el tiempo y nos hemos puesto a componer y a crear como se hacía hace 40 años. Hasta que nos hemos dado cuenta de que eso existía, nos ha encantado y nos ha enamorado y nos hemos puesto a ello, nos ha costado un disco".

Y hablando de poner en pie un álbum, no podíamos pasar por alto la pregunta de cómo es trabajar con su padre, dirigida a un Walker que se lo toma con mucha naturalidad. "Es un tío cañero, siempre lo ha sido. A ver, yo he liado de pequeño pollos más grandes que equivocarme de acorde", bromea antes de mostrar un brillo especial en los ojos: "No he hablado tanto con él en mi vida. Estamos en contacto todos los días, porque estamos trabajando en las canciones nuevas y me ilusiona mucho verle ilusionado con el proyecto. Muy contento".




Desde pequeños han tenido claro que esto era a lo que se querían dedicar. Los tres. Quizás por ello, cuando se les pregunta por referencias musicales, encontremos un abanico tan amplio como abarcar desde Greenday o Metallica, de boca de Walker, hasta Paco de Lucía -obviamente los de Darío-, pasando por Hope Sandoval o Leonard Cohen, que son los nombres que le salen de la boca a Adri, quien también nos habla de su querencia por la salsa. "Cualquier música en la que brille más la letra, el texto que la música, es lo mío", apostilla, para que tengamos una idea más concreta.

Soñar en pequeño para brillar a lo grande

Ojo, que a pesar de estar trabajando para que esto sea su 'modus vivendi', aclara el vocalista de la banda que "tampoco se nos caen los anillos. Si tenemos que hacerte una caseta de madera, te la hacemos. Pero la música es más divertida". Tanto como para que, dentro de unos días, les vayamos a poder ver y, sobre todo, escuchar al lado de Los Secretos en la Ciudad de la Raqueta, en Madrid. ¿Cuándo? Los días 12 y 13 de julio, por si te apetece darte una vuelta y disfrutar de todo lo que tienen que ofrecer.

¿Tiene tiempo libre en medio de todo el esfuerzo que supone levantar un proyecto tan ambicioso como este, con una necesidad de infraestuctura y organización para la que cuentan con el colchón de Warner Music? "Es nuestra vida, al fin y al cabo. Sí que tenemos tiempo libre , pero yo es que me despierto y todas mis facetas tienen algo de música. Y creo que ellos, lo mismo".




Antes de despedirnos y volver a Madrid, nos desgranan cuál es su gran sueño dentro de la música. Y la verdad es que queda plasmado el carácter de estos muchachos que viven por y para esto. "El mío es, sinceramente, soy un tipo con una ambición bastante templada, no replantearme la existencia porque algo vaya mal, hasta que me muera. Así las cosas van bien y va a sonar a frase de taza y pasar feliz el mayor tiempo posible. La verdad es que, por ahora, consigo mucho rato de felicidad. El suelo de la música: comer y que el dinero no sea un problema, haciendo algo en lo que yo a mí mismo me respete. No perder el norte y terminar haciendo algo de lo que, dentro de dos años, me arrepienta. Dentro del poder comer y que el dinero no sea un problema, comer cada vez un poco mejor", dice con honestidad Adri.

Algo muy en la línea de lo que expone Walker: "Cuando empiezas tienes ambiciones un poco más pretenciosas. Pero, a día de hoy, lo que me gustaría, en el fondo de mi corazón, es dejar nuestra pequeña huella. Darle nuestro pequeño aporte a la industria cultural del siglo XXI, la última era en la que la música la hagan humanos". Darío, fiel a lo escueto de sus mensajes, deja un "vivir tranquilo" con el que manifestar ese sentir de buena parte de quienes están empezando a despuntar en una industria que no es sino un camino escarpado y lleno de curvas. Uno en el que, por supuesto, también hay alegrías sobre las que sustentar esa pasión que no debe apagarse nunca.

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