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Momentos Humanos 22: El Coronavirus

La impositiva forma de reducir la transmisión del Covid-19 ha abierto la ventana a un nuevo súper contagio, al del amor entre 4 paredes.

Esta semana te invitamos a que escuches un podcast diferente, un reportaje con testimonios reales de personas que explican sus impresiones, reflexiones y emociones. Un relato narrado en tercera persona que tiene como resultado una historia con final fascinante.

El calor en el hogar por tiempo indefinido, desde la obligación, puede recobrar el mayor significado de nuestra existencia.

Al principio puede ser un fastidio, como es normal cuando no estamos acostumbrados. Y esque no poder tomarse unas cañas en el bar de la esquina, los jueves de amigas, o salir con tu pareja a cerrar la noche del sábado con un plan completo de cena y cine es un rollo. Pero también llegas a la conclusión de que no podías evitar hacer eso de lo que te quejabas por obligación y hasta incluso por conformidad.

Seguro que si lo piensas eres capaz de reconocer tu limitante zona de confort cuando vivías el día a día a una velocidad pasmosa, con muchísimos compromisos, aceptando imposiciones para llegar a fin de mes, bombardeado por la sobreinformación, consumiendo a cada rato mientras inevitablemente contaminabas y eras una víctima de la polución que te dejaba sin aliento, con poco o nada de tiempo para inspirar y detenerte unos instantes desde la consciencia.

¿Verdad que nunca lo vistes como una necesidad?. ¡Qué injusto! ¿No crees?

Bueno, pues lejos de hacer una lectura negativa de la cuarentena, quizá es el momento en el se descubren verdades como puños: Es la ocasión en la que muchas empresas valorarán la efectividad del teletrabajo trazando el camino de la auténtica racionalización del tiempo y de nuestra libertad, ¡Ha llegado la hora de callar bocas demostrado ser más productivos sin tanta formalidad presencial!

También se pueden encontrar nuevas maneras de aprovechar el preciado regalo de las horas y de los días, empezando por uno mismo y continuando con la pareja, los hijos y la familia...

Recuerda cuando deseabas con fuerza tener tiempo para ti y los tuyos, ¡por fin está aquí!. Ha llegado de repente aunque con ciertas premisas, debe ser en un espacio reducido y sin la posibilidad de contacto exterior. Pero ojo, porque aquí llegan las grandes respuestas:

¿Cómo vas a aprovechar ahora este preciado tiempo?. Aquí te proponemos algunos conejos:

1. Tienes la posibilidad de reinventarte:

Deja que surjan nuevas maneras de dar lo mejor de uno mismo para “uno” continuando en “el otro”. Piensa en detenerte para explorarte, meditar conscientemente reconociendo quién eres, en qué punto estás y qué puedes ofrecer como persona.

Cuentas con un escenario reducido pero con una materia prima alucinante; tu pareja, los hijos, tus padres, tus hermanos, los abuelos, tu compañero de piso...

2. Puedes dar rienda suelta a tu creatividad sensible:

Transformar tu cerebro cuadriculado y en cortocircuito que el sistema se encargó en fabricar dándole una forma más fluida. Quizá es el momento de llamar a la genialidad preservando tu espacio para desarrollar el hemisferio derecho con las artes, la lectura o la escritura.

3. Conócete mejor y déjate conocer:

Cuando los juegos de mesa estén trillados, permítete contar tus historias personales y, más en profundidad, descubrirás cosas de ti mismo que nunca te habrías imaginado. Sin darte cuenta, esa persona con la que vives conectará contigo y podrá saber de ti mucho más que en toda su vida. El lazo que os une ahora será mucho más estrecho.

4. Dale una nueva visión a tu sexualidad.

De esta manera el sexo vivirá la plenitud pudiendo explorarse más en profundidad haciendo del placer mutuo algo más efectivo y afectivo. Igual es la hora de dar el empujón que gire la pirámide invertida disparando la natalidad.

Te invitamos a que le des al play, a que te dejes contagiar y contagies después la historia que nos puede redefinir como seres humanos.

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