El curioso despliegue de drones y pollos para localizar un leopardo perdido en China

Esta es una historia real, como todas las que os contamos, que tiene pinta de superproducción de Hollywood, pero un poco cutre, así como de serie B. La historia ha sucedido en China, al este, concretamente en los alrededores de Hangzhou, donde hay uno de los parques zoológicos más chulos de la zona. Hace unos meses, las autoridades locales hicieron un llamamiento a la población para que hasta nuevo aviso no salieran de sus casas.

Y no por el coronavirus, no, sino porque tres leopardos habían conseguido evadirse de las instalaciones del zoo y estos animales pueden resultar especialmente peligrosos en entornos urbanos cuando no están entre rejas.

El ayuntamiento movilizó entonces durante tres días todos sus recursos: helicópteros, equipos de vigilancia armados con rifles inmovilizadores, dispositivos de visión nocturna y sensores de infrarrojos automatizados.

La búsqueda empezó a dar resultados. Al día siguiente, un paracaidista motorizado localizó a uno de los leopardos en las inmediaciones de la ciudad. Costó atraparlo, pero se consiguió gracias a la sagacidad del equipo de captura.

Un día más tarde, cayó el segundo leopardo. No fue demasiado difícil porque por desgracia el animal se había herido una pata en la huida. Un grupo de operaciones del ejército redujo al leopardo, que ya está siendo curado por los veterinarios en las instalaciones del zoo.

Pero el tercero todavía no ha sido localizado, a pesar del despliegue y el plan especial que se ha preparado en la zona.

En él intervienen alrededor de 1.700 militares, con el apoyo de lo que la gente del lugar llama “un ejército de drones”, más de un centenar, que desde el cielo han intentado controlar cada metro cuadrado de la ciudad y su zona de influencia de día y de noche.

Pero lo que más ha llamado la atención del operativo no han sido las armas ni el ejército de drones. Lo que ha roto todos los esquemas es que un especialista en comportamiento animal sugirió a las autoridades que lo mejor iba a ser añadir al despliegue un elemento fundamental, es decir, potencial comida mediante la que atraer al leopardo despistao.

Y lo que viene ahora es lo mejor: el especialista en cuestión se hizo con ¡cien pollos! Cien pollos que fueron soltados en la zona, todos a la vez, desde un camión. Dicen que el momento en que los pollos fueron liberados por las calles de la ciudad fue memorable. ¡Imáginate cien pollos corriendo, haciendo ruido de pollos y con un susto que no les cabía en el cuerpo!…

La historia de momento no ha llegado a su final y el pollo que se ha montado en el pueblo no ha servido para que aparezca el leopardo todavía. La gente del zoo dice que lo más probable es que como el animal ha sido criado en cautividad es muy probable que ya esté muerto, debido a que no ha aprendido a buscarse la comida por sí mismo.

Pero mientras tanto, lo que ha quedado en la ciudad del increíble operativo no deja de tener su gracia. Entras en una tienda y aparece un pollo despistao. Vas a tomar algo a un bar, y dos pollos despistaos. Vas al cine y cuando empieza la película oyes al león de la Metro rugiendo y al pollo cinéfilo de turno cacareando. ¡Quién iba a decir que para capturar a un leopardo lo más adecuado era montar un pollo! O cien.

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