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La primera enfermera en misión internacional de la historia, era española

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La semana pasada te contaba que la crisis del coronavirus ha rescatado la figura del médico Francisco Javier Balmis, que a principios del siglo XIX llevó la vacuna de la viruela por todo el Imperio Español. Desde luego que es muy acertado el nombre con el que ha bautizado el Ministerio de Defensa el despliegue militar con el que se combate la enfermedad: "Operación Balmis", pero es justo decir que, en la Real Operación Filantrópica de la Vacuna, hubo otras figuras importantes sin las que la hazaña no huebiera sido posible. Isabel Zendal es una de ellas.

Origen muy humilde

Isabel Zendal, nació en la parroquia de Santa Mariña de Parada (Ordes, A Coruña). Su famlia era muy pobre, así que en cuanto pudo emigró a la ciudad de A Coruña en busca de un futuro mejor. En el año en 1800 empezó a trabajar en la Casa de Expósitos del Hospital de Caridad y esa circunstancia sería la que la llevaría a participar en la "Operación Balmis".

Ya sabes que el objetivo de esta expedición era inmunizar a todos los habitantes del imperio español de la viruela y aunque se llamó filantrópica sus motivaciones fueron menos altruistas. La enfermedad estaba dejando a la Corona sin trabajadores ni contribuyentes y parece que fue este hecho el que convenció a Carlos IV en 1803 de vacunar a toda la población.

El plan

En 1796, el médico inglés Edward Jenner descubrió que los granjeros infectados con la viruela de las vacas no fallecían al contraer la humana, así que tras inocular el virus bobino a un niño y posteriormente el humano sin mayores consecuencias, se dio cuenta de que quedaba inmunizado. Así, gracias a las vacas, se decubrió la primera vacuna, por cierto que de ahí deriva el nombre.

Para llevar la vacuna por todo el imperio español, había que buscar la manera de transportarla. Una vez descartadas las vacas que no sobrevivirían a un viaje en barco de varios meses, se decidió que se llevaría en reservorios humanos. Concretamente niños abandonados en hospicios, a los que nadie iba a reclamar. El experimento de Balmis consistía vacunar semanalmente a dos niños, que no habían estado en contacto con la enfermedad, con el pus extraído de las pústulas de los dos críos vacunados la semana anterior para conservar el antivirus fresco. Hicieron de cadena humana hasta América, su primer destino.

El papel de Zendal

En un principio no estaba previsto que una mujer formara parte de la expedición, pero tras el viaje a Madrid de Balmis en busca de 6 de los niños que viajaría al Nuevo Mundo, se dio cuenta de que necesitaría una mano femenina para cuidar de 22 niños de edades comprendidas entre los 3 y los 10 años.

Dado que la expedición partía del puerto de A Coruña y la experiencia que tenía como rectora de un hospicio, la elegida fue Isabel Zendal. Su papel era fundamental porque según el periodista gallego, Antonio López Mariño, que ha escrito un libro sobre ella, debía de evitar contagios incontrolados entre los niños o que estos se arrancasen los granos del los que se extaría la vacuna al rascarse institivamente por el picazón que producían

El viaje

La corbeta María Pita, con los niños vacuna a bordo (entre ellos el hijo de Isabel, Benito Vélez) zarpó de A Coruña el 30 de noviembre de 1803. Aunque el dato que ha transcendido es que eran 22, en realidad fueron 21, ya que uno de ellos había fallecido antes del comienzo de la expedición. Su primera parada fue en Santa Cruz de Tenerife, de ahí a Puerto Rico y luego a Venezuela. Como el territorio era muy extenso, Balmis dividió la operación e Isabel Zendal partiría con él a Cuba y de ahí México.

La gallega seguiría viajando y acompañaría a Balmis en la travesía del Pacífico. El 7 de febrero de 1805, a bordo del barco Magallanes, Zendal, su hijo y veintiséis niños mexicanos empleados para hacer la vacuna brazo a brazo, pusieron rumbo a Manila.

Qué fue de Isabel

Tras su viaje a Filipinas volvió a México y a partir de ahí comienza a perderse su pista. Se quedó en el país americano y ahí fallecería. De ella, Balmis, que era un hombre bastante malhumorado, dejó escritos muchos elogios. Destacando su entrega por cuidar a los niños, poniendo incluso en riesgo su salud.

Como ocurre con muchas mujeres, la historia se olvidó de ella y tuvieron que pasar dos siglos para que empezara a recordarse su figura. En 1950, Isabel Zendal fue considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la primera enfermera en misión internacional de salud pública de la historia. Un reconocimiento al que se sumó el Premio Nacional de Enfermería que, desde 1975, concede el Gobierno de México en su honor y otros reconocimientos como una estatua y una calle en A Coruña.

Sin los niños y sin Isabel Zendal, conocida como "la madre de los galleguitos" la vacunación no hubiese llegado en 1803 al Nuevo Mundo. La enfermedad fue erradicada por completo en 1980.

Te recomiendo la película "22 Ángeles" protagonizada por María Castro la novela" A Flor de Piel", de javier Moro y el libro sobre Isabel Zendal del periodista, Antonio López Mariño.

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