Dejarte a tu hijo en el coche no es tan raro como te imaginas: así es el síndrome del bebé olvidado

Aunque nos pueda parecer una locura, olvidarnos a nuestros pequeños en el coche es algo más común de lo que podemos llegar a imaginar
Dejarte a tu hijo en el coche no es tan raro como te imaginas: así es el síndrome del bebé olvidado

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"Vaya malos padres tienen que ser para haberse dejado a la pobre critarura en el coche". Seguro que has escuchado o pronunciado este comentario más de una vez. Es más, sincerándonos, todos lo hemos pensado en alguna ocasión. Sin embargo, la ciencia nos confirma que nos equivocamos de manera rotunda. Parece mentira, pero no lo es. Lo que resulta una auténtica locura, se ha vuelto una práctica muy común.

Dejar a nuestro bebé olvidado en el coche cuando vamos a atender algunas tareas se ha convertido en uno de los nuevos retos de aquellos afortunados que han conseguido ser padres. La mayoría de las veces solemos acordarnos al instante, cuando cerramos la puerta de nuestro vehículo. Otras suelen tener mucho más recorrido y cuando entramos en el supermercado para comprar las últimas cosas para la comida de hoy y buscamos algún carrito de la compra donde dejar al niño, nos percatamos de que está todo, menos lo más importante. Tan común se ha vuelto este olvido que se le ha adjudicado un nombre: el síndrome del bebé olvidado.

Ahora bien, esto, ¿por qué sucede? ¿Realmente somos malos padres como siempre se ha comentado? Pues, según los expertos, no. David Diamond, profesor y experto en neurología en la Universidad del Sur de Florida, ha dedicado gran parte de su carrera científica en estudiar, precisamente, estos casos. La conclusión a la que ha llegado Diamond es que la causa principal de estos sucesos se debe a un cambio en nuestra rutina. Al producirse esta alteración de nuestra hoja de ruta habitual, nuestro cerebro suele colapsar sin saberlo nosotros.

La lucha que causa nuestros problemas

Ese colapso mencionado anteriormente se debe a que dos partes de nuestro cerebro luchan constantemente. Primero, los ganglios basales almacenan algunas habilidades adquiridas en el pasado y las opera a nivel subconsciente. Es decir, esta zona de nuestro órgano motor permite que, por ejemplo, conduzcamos sin necesidad de estar pensando activamente en pisar los pedales. Así podemos hablar con los pasajeros de nuestro vehículo sin tener que estar atento a cambiar de marcha, o poner el intermitente a la izquierda, etc. Por otro lado, el hipocampo y la corteza frontal son los encargados de retener y procesar la nueva información. Además, actúan totalmente diferente a los ganglios basales.

Dejarte a tu hijo en el coche no es tan raro como te imaginas: así es el síndrome del bebé olvidado



En este caso, cuando añadimos una novedad o alternancia en nuestra rutina habitual, el hipocampo lucha contra los ganglios basales para mantenernos atentos a todos los sucesos. Así que, en este caso, cuando se nos olvida a nuestro bebé en el coche, es porque el hipocampo ha perdido la batalla.

David Diamond también apunta que, en estos casos, la condición física y mental de la persona influye. El estrés, la ansiedad o, incluso, haber dormido mal, provoca y potencia estos lapsus. Eso sí, en España no es muy común que sucedan estos casos. No existen registros de cuantos bebés se quedan abandonados en un coche, pero es cierto que cada año suele aparecer una trágica noticia. Como en 2018, donde una bebé de 21 meses murió por un golpe de calor en Madrid después de que su progenitor se marchase a trabajar sin dejar a la niña en la guardería. Estados Unidos se lleva la palma. Es el país que más niños han fallecido en un vehículo. De hecho, la ONG "NoHeatStroke", ha calculado que han muerto 906 niños en el país desde 1998.

Cómo evitarlo

Por suerte, el problema tiene una solución muy sencilla y sin necesidad de tomar medicamentos. El uso de algunos tips puede evitarnos de muchos males, como programar una alarma a una hora concreta donde nos recuerde que tenemos a nuestro bebé con nosotros. Otro tip muy recomendado es dejar un objeto del niño, como el chupete o el osito favorito, y dejarlo a buena vista. Aunque existe un truco que, según los usuarios que lo han probado, dicen ser lo mejor. Si por algún casual colocamos a nuestro hijo atrás y no en el asiento del copiloto, podemos dejar nuestra cartera, bolso o maletín también atrás, para así, cuando vayamos a cogerlos, veamos a nuestro bebé.

Seguramente, habrá padres que no tengan este problema. O bien porque su hijo siempre está llorando, o porque son cantarines y siempre están tan activos que este lapsus hace que sea imposible olvidarte. Eso sí, en estas fechas actuales, las recomendaciones se han intensificado debido a las altas temperaturas que se registran en muchas zonas de España.

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