El momento más tierno de 'El Hormiguero' con niños y abuelos probando comida: Sus caras lo dicen todo

El programa de Pablo Motos ha sorprendido, por enésima vez, con una experiencia real muy divertida. Abuelos y niños prueban comida y han alucinado
Abuelos y niños prueban comida en 'El Hormiguero'
Antena 3

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Algunos momentos que nos deja 'El Hormiguero' son, sencillamente, inolvidables. Que se lo digan a los abuelos y los niños, que han protagonizado la cata de unos platos que no esperaban. Se han enfrentado a una experiencia real que nunca antes habían vivido. Sus caras de sorpresa, así como las reacciones probando la comida que tenían delante, lo dicen todo. ¡En CADENA 100 te contamos los detalles!

Cocido madrileño, morcilla y ostras

Los primeros en probar los platos han sido un par de abuelos. Nada más destapar la sorpresa que les esperaba, sus caras hablaban por sí solas. Uno de ellos, ha preguntado: "¿Con esto tengo que pasar el día?". La creación culinaria podría perfectamente hacerse un hueco en los restaurantes de Jordi Cruz y Pepe Rodríguez de 'MasterChef'.

El plato era uno español, el más típico de Madrid. ¡Cocido madrileño! Pero no el cocido que nos viene a la mente... ¡Una esferificación! Pues eso, muy del talent de cocina. Un platazo, pero en su versión minimalista. Hace unas semanas, les pusieron el mismo reto y se quedaron sin palabras...



El cocido madrileño más 'moderno'

Como les han explicado: se trata de un plato de nueva cocina. "¡De nueva cocina, claro!", ha dicho cabizbajo uno de los abuelos. Su decepción era real, pues esperaba un plato contundente. Con su sopa, sus garbanzos, su chorizo, su carne... Todo menos una gota de aceite, a la que habían puesto por título "esferificación de cocido madrileño".

Las indicaciones, antes de probarlo, han sido: "Introducid la esfera en la boca, pero sin masticarla". Solo con ver sus caras de alucine, no quedaba ni la menor duda de que no les había gustado. Ahora venía la segunda parte: "¡Ya podéis moderla!". Los abuelos se han empezado a retorcer en sus asientos y uno exclamaba: "¡Madre mía, qué asco!". Entonces, saltaba la pregunta del millón: "¿Queréis saber lo que habéis comido?". El cartel a tamaño grande, lo desvelaba: cocido madrileño. "¿Cocido madrileño?", se preguntaban todos. "Pues si esta es la nueva cocina... Hay que jorobarse", concluía uno de ellos.



La siguiente cata, ha sido morcilla vegana. Nada más verla, ahí les ha cambiado la cara. "¡Morcilla! Canela en rama". Eso sí les ha encantado, al menos a primera vista. Porque aún no habían probado el exquisito plato. "Adelante. ¡Probadlo!". En ese momento, empezaba lo bueno. "¿Pero esto es morcilla?", se preguntaba uno de los abuelos. Estaba atónito, completamente desencajado. La morcilla que él había comido, de toda la vida, no era como la que tenía delante.

Una de las abuelas, no ponía en duda que se tratase de morcilla, pero ha dicho que "Claro que es morcilla... de otro país, de otra cosa que hagan". El abuelo ha tenido que probarla otra vez, para asegurarse bien de qué estaba comiendo. "¡Pero si esto parece bizcocho!", ha exclamado esta vez. En cuanto le han aclarado que era vegana, no le ha hecho ni pizca de gracia. "Te quedas mareao'. ¡Si esto no lleva nada!", añadía.

Los niños prueban ostras con limón

A continuación, les ha llegado el turno a los pequeños de la casa: ¡Los niños! Con una sonrisa y ganas de probar los platos, han levantado la tapa. Caras de gran asombro y risas. Les han puesto un plato de ostras. Algo que no están acostumbrados a comer, que incluso muchos de ellos no han tenido ni ocasión de probarlo. Una de las niñas, decepcionada, ha dicho: "Yo no tengo mucha hambre", a lo que otra ha añadido: "¡Qué asco!". Cuando les han pedido opinión, han sido muy claros: "Mal. Bueno... el limón bien". El limón ha sido lo único que se ha salvado. "Tenéis que echar primero el limón", les han dicho.

Para la sorpresa de los niños, las ostras han empezado a moverse. Se han quedado boquiabiertos. Después, lo han probado. A alguno, incluso le "daba asco coger las ostras". Incapaces de tragar semejante plato, algunos han llegado incluso a escupirlo. Les ha parecido demasiado desagradable. El único que parecía haber superado la prueba, había escondido sus ostras en la servilleta.

Y para poner el broche de oro...

Por último, volviendo a los abuelos, les han hecho probar una sisha. También conocida como cachimba, pero sin tabaco ni nicotina. Se han quedado muy sorprendidos con el invento que acababan de descubrir, e incluso les ha hecho gracia y les ha gustado. Al menos, mejor que el cocido madrileño moderno y la morcilla para veganos. ¡Un final para partirse de risa! Dos generaciones, platos diferentes y nuevas experiencias en 'El Hormiguero'. Un momento muy top, que no ha tardado en hacerse viral en las redes.


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