Hay cosas innatas: ¿por qué la curiosidad y el morbo están tan ligadas a la naturaleza humana?

Hay diferentes grados, como en todo, pero el que nos atráigan tanto las situaciones morbosas tiene hasta una explicación científica
Hay cosas innatas: ¿por qué la curiosidad y el morbo están tan ligadas a la naturaleza humana?

 

Tiempo de lectura: 2’

Que nos interesemos por lo que nos rodea ya sea de conocidos o extraños es algo que forma parte de la naturaleza humana. El instinto desarrolla una especial de inquietud morbosa por el conocimiento y el querer saber más. De ahí, que la expresión ''el ser humano es cotilla por naturaleza'', forme parte de las frases hechas con más años de la historia. Y es que esto lleva pasando año tras año, generación tras generación, desde que la vida es vida.

Otro cantar ya es el interés que tengan los diferentes individuos en conocer más de la vida de otras personas. Nos cuesta escuchar una conversación en voz baja entre dos personas sin tratar de poner la oreja, para ver qué podemos coger de lo que se está cociendo. Y no solo nos interesa conocer los secretos mejores guardados del prójimo. A ese gen cotilla, tan propio del ser humano, se suma que nos apasiona, y mucho, el morbo. Reiteramos, que es otro cantar el grado que cada uno da a este interñes ajeno, pero existir, sí exite en todos.

Y no es una opinión, son datos avalados por estudios que se han hecho durante años por expertos de diferentes lugares. De manera que nuestro interés se verá incrementado cuando más escabrosa o impactante sea la situación de la persona que la padece. Pero no solo eso, también nos fascina lo prohibido. Por ello, no es de extrañar que en los medios de comunicación interesen especialmente las noticias o los programas de la crónica negra. Hablamos de algo innato, insisto. ¿Pero por qué?

Muchos psicólogos explican que el morbo es un comportamiento insano pero en muchos casos inevitable. Y es que según algunos estudios científicos, el cerebro responde automáticamente a imágenes o noticias de impacto disparando grandes dosis de adrenalina, tal y como afirma la psiquiatra Vanesa Muñoz, que ha explicado que cuando nos encontramos ante unas circunstancias de este tipo, “los músculos se tensan, la respiración se acelera hasta que llega un momento en el que tomamos el control, que es cuando llega el alivio, generando sensación de placer y bienestar por la gran cantidad de dopamina que se libera.”

La psiquiatra añade que “este estado de alerta inicial y posterior relajación, produce un efecto estimulante que incluso puede generar adicción.” Así las cosas, lo que parece evidente es que se activan unas pasiones primitivas, propia de la naturaleza humana.

Línea en la que indagó previamente, hace un siglo, el psicoanalista Sigmund Freud, en la que establecía que existe una relación estrecha entre el miedo y el placer. El morbo por tanto se puede considerar un acto involuntario, si bien es cierto que dependiendo de la personalidad de cada ser, las dosis serán mayores o menores. No obstante, el auge de la publicidad, los medios de comunicación convencionales y las nuevas plataformas digitales contribuyen a generar nuevos “adeptos” en esta sensación que, según los expertos, es única y natural del ser humano.

Relacionados

CADENA 100