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Cuando el crepúsculo toca fondo en los días que se acortan, entra el mes de diciembre. Los ecos de la Navidad, precedida del calendario de Adviento y sus buenos propósitos son un preámbulo a los días de gozo que cantan mientras entornizan el Belén que -por cierto- cumple 800 años en 2023.
Los abetos se iluminan evocando a San Bonifacio que plantó el primer árbol en honor del Dios Hombre. Y, de esta manera llega la primera parada que nos lleva hasta la Inmaculada Concepción el próximo viernes día 8. Esto suena a preludio de villancicos con cantos a La Virgen María y que ahora relucimos. Una de las letra más escuchadas es el “Ave María” en toda sus versiones.
En sus orígenes, Frank Schubert toma la canción de un poema de Walter Scott. Este escritor se había apoyado en las guerras entre los clanes escoceses. Al final una hija de un oficial canta e invoca a la Virgen María para que pare la masacre. Este modelo de canción tuvo sus versiones en el pop como hemos resaltado en otras ocasiones, en esta sección.
Un claro ejemplo fue el italiano Al Bano que incluye el tema en su álbum 1978. Su soberbia interpretación de la pieza le permite llevar su versión ante el Papa en el Concierto de Navidad de El Vaticano que se emitió por la RAI y en TVE en diciembre de 2004.
Niña Pastori se hizo con el tema y en la última visita de San Juan Pablo II asombró al propio Pontífice, como a todos los jóvenes congregados en ese encuentro con el Pontífice en el año 2004. El silencio se combinó con la oración de la cantante y de cuantos la oían. Lo mismo sucedió con el tributo de la norteamericana Beyoncé que también quiso poner su granito de arena con esta canción singular.
El Ave María ha llevado su recorrido por los tiempos hasta el punto de que las melodías pop la han adaptado a su forma de cantar y saludar a la Reina de los Cielos. Siempre el fervor hecho cultura y transmisión de los valores que encierra muy propios de este tiempo.
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