El nuevo himno feminista de Rigoberta Bandini para el que cuenta con Julieta Venegas: 'Qué más da'

Desde que el Benidorm Fest la pusiera en el mapa musical, Rigoberta Bandini se ha encargado de demostrar que representa, a la perfección, la identidad española del siglo XXI. Y lo nuevo que presenta este viernes, antes de que saludemos a la Navidad, es una nueva muestra de ese carácter personal, símbolo de empoderamiento y libertad, de irreverencia y poder. También de esa otra faceta artística con la que rompe la barrera de los géneros musicales. El tema se llama 'Qué más da', llega al lado de Julieta Venegas y se sitúa en el cruce de caminos entre el pop, los sonidos urbanos y ese toque electrónico en el que se siente como pez en el agua. Es un paso perfecto para rematar 2023 y caminar hacia 2024.

De nuevo, y en esta canción que nos llega sin vídeo, con una carátula en la que aparecen dos ovejas sobre un prado, estamos ante lo que pretende ser un nuevo himno femenino y feminista, como Rigoberta ya hiciera con la propuesta que puso sobre el escenario del Benidorm Fest: 'Ay mamá'. Aquí lo que se subraya es la importancia del autocuidado y la necesidad de buscar la honestidad con una misma. A través de la letra desmitifica el dolor de las rupturas amorosas que vienen precedidas de relaciones tóxicas, donde, muchas veces, el silencio se convierte en la tercera pata de la pareja.

Rigoberta Bandini, siempre certera diseccionando con sus versos la idiosincracia de la naturaleza humana, sin perder la ironía ni el ritmo, se une a Julieta Venegas en una canción como 'Qué más da' que aspira a convertirse en el nueva bandera melódica de la artista. Y lo hace uniéndose con otra de las artistas que han marcado el pop en español en las últimas décadas como es Venegas, al lado de la que la catalana ha escrito este tema que ya puedes escuchar dando al 'play' sobre la imagen en la parte inferior de esta noticia.

Así se puso en pie la canción

"Julieta y yo escribimos la canción hace casi un año. Le escribí un mensaje por Instagram para decirle que me encantaría componer una canción con ella algún día y su respuesta fue un sí en mayúsculas. Me dijo que justo estaba de vacaciones en Madrid una semanas así que me cogí la guitarra y me fui un día a Madrid. La compusimos en una tarde en el sofá del apartamento que tenía alquilado. Solamente teníamos esta guitarra española y una base rítmica de una aplicación que tenía Julieta en el móvil. La grabación de ese día es muy graciosa porque fue un encuentro muy precario en cuanto a medios musicales y todas las notas de voz de ese día se nos oye riendo, yéndonos del ritmo, no se oía bien…No encontramos estudio en Madrid y decidimos intentarlo igualmente", es la explicación extendida de la propia Rigoberta sobre cómo dieron forma a este tema.

"Después de algunas infusiones y cigarros, decidimos que queríamos hacer una canción a todas aquellas amigas que sentían que tenían que ocultar una parte de ellas mismas para ser validadas por sus parejas o sus ligues", continúa antes de entrar en cuestiones más profundas: "La canción es una carta a todas ellas, una dosis de coraje mostrarnos y explicarnos tal y como somos, sin miedo a que la otra persona se vaya. Componerla fue terapéutico porque nos contamos anécdotas que nos habían ocurrido a nosotras o a amigas nuestras. La canción pretende reivindicar un poco el derecho al ridículo. Todas somos ridículas y al mismo tiempo maravillosas".

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