Eu vou Rock in Rio Lisboa, el 'grito de guerra' del Disneyland de la música: CADENA 100 lo vive desde dentro

Lisboa acoge, por décima vez, el festivak Rock in Rio y confirma por qué es 'el deseado' de los amantes de la buena música en vivo y al aire libre
Rock in Rio, mucho más que música: así ha vivido CADENA 100 el ambiente en la jornada inaugural 2024
Rita Seixas / Rock in Rio

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80.000 personas cada día -con el cartel de 'sold out' colgado para las primeras dos jornadas-. Cuatro escenarios. 44 artistas y bandas. Dos fines de semana. Estos son los datos en crudo. Las cifras detrás de lo que ya está considerado como el Disneyland de los festivales de música. Una de esas experiencias, Rock in Rio, por las que, para aquellos que sean amantes de los directos, sin importarle el género que se ponga sobre el escenario al servicio del público, hay que pasar, al menos, una vez en la vida. Porque los Scorpions, Ed Sheeran, Camila Cabello, Aitana, Iñigo Quitero, Europe... y demás profesionales de la industria, se erigen en foco central de una suerte de elementos que lo convierten en una cita única y mágica.

A las 13.00, hora portuguesa, se abrían las puertas de la que ya es la edición número 20 de una cita para la que hay que vijar a 1985 a sus orínes. Un año que cuenta con un espacio dentro de esta recinto. Justamente, al lado de una zapatilla gigante que se ha convertido en un símbolo del Rock in Rio: cuentan que, después de aquella primera edición que puso en pie el emporesario brasileño Roberto Miranda, apareció una zapatilla dentro del barro. Alguien se lo pasó demasiado bien. Bueno, al menos durante la fiesta musical, porque volver a casa descalzo no debe ser agradable.



Rock in Rio, al detalle

Cada detalle está pensado para que la experiencia sea digna de ser contada: desde esa capilla improvisada donde te reciben una suerte de Elvis y Amy Winehouse, acompañados de unos Cupidos, por si quieres hacer una ceremonia del amor, hasta masajes para la prensa, que trabajamos en una zona habilitada donde no falta de nada: 'obrigados'. Cada uno de los escenarios, perfectamente colocados, sin tener que recorrer grandes distancias. Y con una agenda muy bien medida para que se puede ver prácticamente toda la oferta que ofrece el que es el número 10 de los Rock in Rio lisboetas.

Saben bien lo que se hacen. Entre otras cosas, ofrecer un espacio, este Parque Tejo, donde se erige en el horizonte el puente Vasco de Gama. O una zona VIP en la que, además de avituallamiento en abundancia para quienes se hayan rascado un poquito más el bolsillo o música en vivo para amenazar la espera entre 'show' y 'show', hay unas vistas privilegiadas a los dos escenarios principales. Uno de ellos, ese desde el que Ed Sheeran, con la etiqueta más que merecida de cabeza de cartel, ofrecerá los clásicos de un repertorio que le han llevado a ser una de las voces más representativas del pop melódico a nivel internacional.



Un grito de guerra

A medida que las horas avanzan, se hace cada vez más complicado avanzar entre la marabunta. Hoy, primera jornada de cuatro, plagada de roqueros que vienen entusiasmados en busca de los himnos de toda la vida de Evanescence, Europa -¿quién no se ha cantado, aunque sea en la ducha, alguna vez ese 'The final countdown' que resonó desde Lisboa irradiándolo hacia la península?-, Extreme y, por supuesto, esos Scorpions que hacen un alto en el camino antes de su gira por España. Un 'line up' que, para el domingo, baja la intensidad metal para dar un toque más pop donde encontraremos algunos de esos números 1 que suenan dentro de la mejor variedad musical que escuchas en CADENA 100. Lo que se repetirá, en cada uno de los días, es ese 'show', con fuegos artificiales, con el rendir homenaje a una edición tan redonda. Porque, quien diga que 20 años no es nada, es porque no se ha dado una vuelta por la historia de este festival.

La gente sonríe. Hace cola para montarse en la noria -sí, a pesar de que haya otros lo hayan emulado, aquí fue primero- o lanzarse en la tiroina que cruza el escenario mundo. Paran a comer algo o tomarse uno de esos líquidos que aclaran la garganta para poder gritar alto y claro: "Eu vou Rock in Rio".

Lisboa se viste de fiesta para convertirse en la capital de la música mundial con Rock in Rio

Samuel Martins / Rock in Rio



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