Tania Llasera se sincera sobre su relación tóxica con la comida y cómo marca su vida: "Te sientes juzgada"

La presentadora ha reflexionado sobre esa conducta que arrastra desde pequeña y que no quiere que sus hijos hereden por imitación
Tania Llasera y la relación tóxica con la comida que ha marcado su vida: una cuestión generacional
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Desde que se pusiera delante de una cámara de televisión por primera vez, hemos asistido al cambio físico de Tania Llasera. A esas idas y venidas de kilos. Y a cómo ha hablado de ello sin tapujos, aunque, quizás, sin tanta claridad como lo acaba de hacer ahora. Porque la presentadora se ha referido a la relación insana que tiene con la comida desde que era pequeña y cómo su madre se ha llegado a sentir culpable por cómo la premiaba o consolaba con chocholate. Lo hace en una pequeña entrevista con Divinity en la que lanza una frase muy contundente y que dice mucho más de lo que pudiera parecer en un principio: "Se me prestaba más atención cuando era joven y estaba buena". Detrás de esto, todos esos obstáculos a los que hacer frente al comer por puro impulso que es, al final, lo que reconoce en esa especie de confesión mirando a cámara.

Lo primero que hace es lamentarse por algo que es más que común en nuestro país: "Se normaliza hablar del físico de los demás". Algo sobre lo que, añade, es un peligro porque se puede estar dando "la enhorabuena por una conducta insana". Y entra en algo que puede ayudar a entender la situación global a la que se refiere: "A veces no te apetece ver a ciertas personas porque sabes que, cuando te des la vuelta, vas a ser comentada, te vas a sentir juzgada. Mis grandes amigos son todos los que no me juzgan. Tenemos conductas normalizadas que no son normales y no nos hacen bien. Las redes tienen cánones irreales y provocan frustración".



Una cuestión generacional

Contundente, ¿verdad? Pues aún hay más, porque habla de lo que ya adelantábamos, de cómo su madre la incentivaba con comida y que es algo que, a día de hoy, lamenta: "Mi madre me ha llegado a pedir disculpas porque cuando me caía me ofrecía una chocolatina. Años después, cuando me siento sola, vacía o triste, me como una caja de bombones. Esto son conductas que he adquirido de generaciones y generaciones en mi familia". Teniendo en cuenta esta especie de carácter generacional de la cuestión, lo que tiene claro es que quiere poner remedio para que no pase a una más hacia abajo.

"No quiero pasarles a mis hijos la misma relación con la comida. Me cuesta mucho empezar una tarta de chocolate y no acabármela. Las veces que he conseguido ayunar, dieta no he hecho nunca, hacer mucho ejercicio y comer más sano, es sin probar. Tengo que tener la fuerza de voluntad de no probar, en el momento que pruebo, me como la caja", explica siendo muy explícita con esas prácticas que sabe que debería desterrar de su vida pero que no es capaz de hacer.

Aunque también hace un aparte para hablar de la "cantidad sana de kilos" que ha cogido en los últimos meses, ya que se debe a que ha dejado otro mal hábito como lo es el del tabaco. "Considero que mi cuerpo es talla media. Yo soy una XL, a veces una XXL. Estaré en una 46, 48", cuenta sin tapujos antes de rematar con otras de esas sentencias rotundas: "No me voy a pinchar nada para perder peso en la vida. A mí me gusta intentar llegar a un punto en el que estar cómoda. Disto como 30 kilos de cuando estaba trabajando en la tele. Tampoco quiero adelgazar una barbaridad, estaba muy insana. Comía brownis, fumaba y bebía café".

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