'When The Saints Go Marching In': un ritmo eterno

Rescatamos un clásico del virtuoso de la trompeta como Louis Armstrong para este 'Música con alma'
Louis Armstrong con su característica trompeta
Cordon Press

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Memorias otoñales de hojas que caen. De brisa suave que choca con un tiempo extremadamente caluroso para la época del año en que estamos. Contraste de noches fríos, que no heladoras, pero sí con soplidos de aire más llevadero, a diferencia de los vientos del sur que asolaban hasta hace poco más de un mes. Las gentes van y viene trayendo flores para evocar con oraciones y lágrimas a sus antepasdos. La Fe trae el recuerdo de los que viven a perpetuidad eternamente, en medio del aroma en el aire de buñuelos recién hechos o huesos de Santo que acaban de salir del horno con rellenos que saben a gloria. Como a gozo suena la canción de Louis Armstrong 'When The Saints Go Marching In' -'Cuando los Santos marchan'-.



Para entender la canción

El tema tiene su origen en espirituales negros cristianos, incluso en el siglo XIX frisando el XX. En 1908 surge una interpretación similar bajo el título 'When the Saints March In for Crowning' -'Cuando los Santos marchan cantando'-. No está clara la autoría de la canción que sí fue acogida por diversos ritmos, especialmente el jazz. La primera versión más rítmica fue grabada en 1923, en los estudios Paramount por la banda Paramount Jubilee Singers. Todos la sitúan en ese elenco de canciones de corte evangélico que salieron a la luz las primeras décadas del siglo pasado y que luego fueron evolucionando a un estilo más acorde con el paso de los tiempos.

Sobre la letra tampoco hay uniformidad aunque la más utilizada es la traducción del tema de Amstrong. Las estrofas son pegadizas porque hablan de miles de personas que han pasado por esta vida y ya son Santas. Van caminando. La carretera les lleva a Dios. Y el autor, pide al Señor estar un día con ellos tras el paso por este mundo.

El cántico se apoya mucho en el triunfo de Dios y su Iglesia tal como lo refleja el Libro Bíblico del Apocalipsis. La melodía está muy asociada a Nueva Orleans donde algunos cantantes de pop y jazz procedentes de allí quieren ofrecerla como suya irremisiblemente. Miryam Fultz y David Sailor le dieorn un viraje acorde a los ochenta, pero la impronta de Louis Amstron no pasa; permanece eternamente.

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