'Xanadú': éxito y testimonio de Olivia Newton-John

Mes de verano donde el tiempo se acorta en la claridad de los días y el calor cambia de intensidad más leve, alentando la respiración que tanto se ha buscado. Tiempo de descanso, pero en el que no paran las noticias de penalidades, como incendios, olas de calor, pandemias. En medio del receso, las penalidades no cesan. Y entre las noticias, el obituario de la actriz, cantante y empresaria anglo-australiana Olivia Newton-John que no ha podido superar el cáncer contra el que luchaba desde 1992. Un buen momento para recordar con esperanza de Fe y con una dosis de optimismo su trayectoria musical y de pantalla. La superconocida y ubicada como Sandy en la exitosa musical 'Grease', que fue estrenada en 1978, tuvo su estrellato particular fuera de John Travolta en la película 'Xanadú'.

Corría el año 1980 cuando se pone en escena esta creación musical que habla de afán de superación. Esto añade también valores como el verdadero amor de entrega y no de utilitarismo y la auténtica solidaridad. El tema estrella de la película habla de esos valores que rozan lo sobrenatural de la Fe, evocando a una Olivia, magistral intérprete del tema, que canta lo que siente.

Para entender 'Xanadú'

Xanadú es el lugar de bienvenida donde el amor es real, la eternidad es real, la luz es real, y realmente brillan las estrellas. El amor que vivió el eco auténtico de un mundo que te lleva a estar eternamente porque ese es el trasfondo de la búsqueda del hombre que plasma Olivia en un tema pegadizo y bailable.

La canción,procedente de la banda sonora, fue guionizada y compuesta por el guitarrista británico Jeff Lynne y la verión interpretada por Light Electric Orchestra fue número uno dos semanas en julio en el entorno británico. También se posicionó, durante mucho tiempo, en el puesto octavo de las listas estadounidenses.

Un reflejo de una Olivia Newton-John que en su juventud -tal vez cuando interpretó 'Grease'- había abandonado la Fe, luego volvió a abrazarse a ella en tiempos de enfermedad, acercándose al budismo, para terminar acercándose a Misa muchas veces al final de su vida en una Abadía española donde encontró al paz de Dios en su alma, que le fortaleció en la enfermedad. Este fue su mejor éxito.