La lucha de Kike, el hijo de Fabiola y Bertín Osborne, por salir adelante con su enfermedad

Con tan solo 12 años es todo un ejemplo de superación y sus padres, a través de la Fundación Bertín Osborne trabajan para concienciar sobre su enfermedad
Bertín Osborne pasa la cuarentena junto a su familia en el campo

 

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La historia de Kike es una de esas historias que llegan al alma y merecen ser contadas. Cuando su madre, Fabiola Osborne, se enteró de que estaba embarazada ya sabía que su hijo iba a ser muy especial. Era su primer hijo en común con Bertín Osborne y tenían miles de planes por hacer juntos. Un problema durante el embarazo tras ingerir un queso no pasteurizado, complicó su aventura de ser padres pero no les impidió ser felices y luchar juntos por salir adelante.

El pequeño nació el 31 de enero de 2007 y desde entonces ya demostró que era un valiente. “Kike es un milagro”, han manifestado sus padres en numerosas ocasiones. Y de verdad que lo es porque pese a haber nacido con parálisis cerebral a causa de una infección producida por la listeria durante el embarazo, ha conseguido salir adelante y puede presumir de ser un niño feliz a sus 12 años.

Para visibilizar la enfermedad de su hijo, Fabiola y Bertín Osborne decidieron crear su propia Fundación para concienciar sobre ella y ayudar a otras familias que estén pasando por la misma situación. “Sentimos que estamos en el camino y que tenemos que seguir haciendo cosas. Que todas esas familias anónimas nos den las gracias a nosotros, que en cierta forma lo tenemos bastante mas fácil en muchos aspectos, me hace sentir súper orgullosa de todo lo que hemos conseguido con la Fundación", ha explicado Fabiola a la revista Lecturas.

En la primera presentación oficial de su hijo Kike ante las cámaras la semana pasada, el pequeño posó orgulloso junto a sus padres y celebraron juntos el Día Mundial de la Parálisis Cerebral, mostrando su realidad y haciendo partícipes a todos de los avances de su hijo, que cada día lucha por su vida y pone todo de su parte para salir adelante. Prueba de ello son las numerosas fotografías que comparten sus padres en las redes sociales, donde enseñan lo feliz que es su hijo y el esfuerzo que pone en las terapias de rehabilitación para poder llevar una vida mejor.

Su hermano Carlos, que nació un año después, ejerce de hermano mayor aunque sea el pequeño y se ha convertido en su mejor compañero, haciéndole feliz cada día y sacándole la mayor de las sonrisas. Juntos forman un gran equipo y se complementan, siempre bajo la atenta mirada de sus padres, orgullosos de ver cómo sus hijos crecen rodeados de amor y apoyándose el uno en el otro.

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