'Oh happy day!': la felicidad de la Pascua que no acaba
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La Pascua sigue resonando. Y lo que le queda en este mes y medio que falta porque la ocasión lo merece. Lo merece en la primavera florida que da colorido a la Resurrección. A tantas fiestas y celebraciones de tradición religiosa y popular que se fundamentan en la gloria de este tiempo tan hermoso.
Y en el recorrido de artistas e intérpretes, la evocación en este día de una canción en la que nos hemos referido por los artistas y cantantes que le han puesto voz. Hoy sacamos de la discoteca ese tema tan legendario y brillante: '¡Oh happy day!'. Pero en esta ocasión, recorriendo su total trayectoria histórica.
Un himno de completa felicidad
Nos remontamos al año 1967 con el clérigo inglés Philip Doddridge que idea un himno que habla de alegría con esos tintes gospelianos. El compositor, cantante y arreglista Edwind Hawkins se encargó de que el coro Edwind Hawkins Singer le diese un sentido muy festivo y bailable que colaborase en la alabanza pascual. Los orígenes se remontan al siglo XVII con un himno de este mismo nombre que le arregló Hawkins. La letra es una repetición que nunca cansa. Al contrario. Se hace cada vez más tonadillera y la letra es muy pegadiza. Comienza el título Oh soy feliz. Feliz porque, a pesar de mis pecados, Cristo se ha lavado y me ha lavado con Él. Esto en alusión a su Muerte Salvadora en la Cruz.
El arreglo de Hawkins se convirtió en un estándar y formó parte de una de las canciones del siglo en los registros de las productoras musicales estadounidenses.
Artistas de la talla de Aretha Franklin, o Mathalia Jackson, han tenido parte en deleitar con el tema que en 2005 sacó a la luz un listado de más de 50 cantantes a escala mundial.
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