Su Madrid de los brazos abiertos le regala a Manuel Carrasco una Champions en el Bernabéu

Hay actividades humanas que son capaces de sacar las emociones y los sentimientos, pero sobre todo las pasiones, de aquel que las ama. En el caso de la música y el fútbol, hay momentos en los que ciertos puntos convergen. Y Manuel Carrasco llevaba las que se cruzan y muchas otras al mismísimo Santiago Bernabéu. Porque sí, además de Taylor Swift o Luis Miguel, habiendo nacido en España, también se puede colgar el cartel de 'sold out' en el faraónico templo de Florentino Pérez.

Un vídeo para resumir esos logros de asistencia en el camino, hasta llegar aquí, y unos latidos que se aceleraba entre los vítores de las más de 60.000 gargantas presentes, eran la antesala a la salida del onubense al escenario. ¿La diferencia principal con un partido de fútbol? Aquí, todo el público era local. No había gradas visitantes. Manuel jugaba en casa y el 'Corazón y flecha' que da título al disco y a la gira que, con esta 'última flecha' ha cerrado este 29 de junio en Madrid, era su presentación ante quienes llevaban meses esperando para hacer sonar los 'Tambores de guerra', recordando que 'Hay que vivir el momento', siempre 'Siendo uno mismo'.

En ese inicio fulgurante, Manuel se quitaba la chaqueta a medias. Ya iba dando muestra de que la noche iba a ser intensa. "Dicen que cuál es el secreto. Aqui no hay secreto ni talismán. Aquí, el único secreto, sois vosotros que habéis venido a acompañarme esta noche", se dirigía a esa gente, la inmensa mayoría, de los que le han acompañado en este camino de más de dos décadas en la música. "Es tan bonito que cuesta creerlo... ¿Esto está pasando Madrid?", preguntaba para llevarse ese "sí" rotundo que le llevaba a continuar y a echar un vistazo atrás: "Decídmelo a mí: el pintor se brocha gorda, el 'triunfito', que he llenado el Bernabéu sin jugar el Real Madrid". Se llevaba una de esas ovaciones que desembocaban en 'Hay que vivir el momento'. Lo siguiente, la primera invitada de la noche: Niña Pastori. 'Ayer Noche' y ese 'Amor de San Juan' de una María que se despedía para que continuase el cabalgar por el repertorio de Carrasco.

Manuel y todos sus amigos

'Uno x uno' hacia de puente hacia una dedicatorio especial y la llegada de un nuevo amigo de la industria a acompañarle. "Cómo son los hijos, cómo te cambian la vida, te vuelven loco... Es algo que no se puede explicar, porque nunca llega el sentimiento por mucho que se intente. Por aquí estoy viendo muchos Coquitos. Esta canción la voy a compartir con alguien que entiende de estas", así anunciaba la llegada de Luis Fonsi a su lado. Además, como extra, un pedacito de 'Échame la culpa'.

'Y ahora', 'Siendo uno mismo', 'Sígueme'. Tres títulos que bien podrían ser una frase resumen de esa legión de fans que le han acompañado en diferentes puntos de España. "Al final de cuenta, lo que era, sigue siendo lo mismo: una guitarrita, una letra. Una cervecita fresquita, una reunión de amigos. Una borrachera para liberar todos los fantasmas que se tienen dentro. Eso no ha cambiado", se ponía melancólico para recordar como el 'Entiendo' que venía, fue redirigida por un responsable de una discográfica hasta convertirla en algo que él, no sentía. Desde hace unos años, la canta de la manera que fue concebida originalmente. "Me sentí muy mal", confesaba antes de añadir, que ahora, la interpreta sin trampa ni cartón "para reivindicarme y para demostrarme que, cuando uno apuesta con el corazón, la apuesta tiene que ser la de uno mismo y no la de otro".

'Soy afortunado' era ese título perfecto para hilar con lo que estaba deseando decir desde el inicio del 'show': "Quién me lo iba a decir que iba a estar en el Bernabéu cantando mi Champions League". Apenas una frase de una canción improvisada que remataba pidiendo por el fin de las guerras en el mundo. El mismo mensaje que lanzó, de la mano de esta emisora, en el concierto del pasado mes de marzo CADENA 100 POR LA PAZ. Un contraste claro con 'Dispara lentamente'.

Todas las eras de dos décadas de carrera

Carrasco seguíe echando en la coctelera temas de todas y cada una de las etapas de su carrera -eso que, ahora, llaman eras musicales. 'No dejes de soñar' es de esos clásicos que no pueden faltar. Como tampoco sobre ese escenario alguien con quien, además de una de esas canciones que se han convertido en pelotazo en los últimos meses, una gran amistad. Hablamos de Camilo. Porque, sabiendo como se sabía que está por España en medio de su gira, era más que obvio que estaría para cantar 'Salitre'. De regalo, unas estrofas de 'Vida de rico', el tema que impulsó al colombiano hacia lo que ahora es.

'Déjame ser' y 'Eres' nos llevaban hacia otro de esos momentos de rascar el corazón. "Las victorias y las derrotas se sostienen mejor en el hombro de un amigo o una amiga. La amistad de escasez escasea. Así que aunque muchos no os conozcáis, estamos todos en la misma.vibra y la misma energía. Estamos aquí, ya veremos mañana. Vamos a celebrar lo bonito que es querernos". 'Que bonito es querer' resonaba en el cielo de Madrid y le invitaba a bajarse del escenario para dejarse querer él también. Alguna se tomaba la licencia de lanzársele más allá de los límites de lo moralmente decoroso.

Era más o menos la mitad de esas casi tres horas de música en vivo y 'En el bar de los pesares' hacía de banda sonora perfecta para presentar a sus músicos. En las pantallas, una simulación de una publicación de 'feed' de Instagram. Ya se sabe, las redes sociales se han convertido en una de las pasarelas para conectar con quienes no paraban de corear cada uno de los temas que se había preparado para una noche mágica. Por ejemplo, 'Volviste'.

Del homenaje a Madrid al de Elena Huelva

Ese momento de la 'kiss cam' que ya había anunciado, precisamente, en las redes, le servía para darse un respiro. Una maniobra exquisita para que nadie le echase en falta. A la vez, un detalle con quienes han visto crecer y florecer su amor al son de ese pop aflamencado del de Isla Cristina. A su regreso, 'Mi Madrid'. "La maleta cargada de sueños, de mis veinte años. Mi Madrid de los brazos abiertos y ambulancias gritando", casi recitaba, emocionado, y recordando lo que la capital ha hecho por esa realidad en medio de la que se encuentra. La misma que le ha permitido conocer a cómplices alguie que "es artista desde que su madre, la Pepi, la pariera. Con todos ustedes Malú". Una presentación a la altura de 'Que nadie', con Manuel a las teclas del pieno en medio de ese provocador que no paraba de visitar con carreras continúas por una pasarela que le daba mucho juego durante toda la noche.

Se ha convertido en uno de esos instantes esperados. 'Mujer de las mil batallas' siempre será la canción que le sirva para mirar al cielo y rendir homenaje a Elena Huelva. Por supuesto, en las pantallas que flanqueaban las tablas, su imagen. Carrasco, con todo el remolino de sentimientos, contenía las lágrimas mientras la sonrisa de Elena, estadarte de la lucha contra el cáncer que perdía el pulso hace año y medio, se desvanecía. Quizás, dentro de la narrativa, era donde encajaba como esa pieza que le falta a un puzle para completarse, 'Fue'. No le daba voz solo, porque aún quedaba Juanes por echarle un cable. Y para llevarnos a rescatar los recuerdos más sólidos de ese 'A Dios le pido' que es himno del pop rock internacional.

La última flecha al aire

Manuel gritaba "viva la madre que me parió". Añadía: "Y mi padre". Tras bromear con empezar a nombrar a toda su familia, se lanzaba a estrenar en vivo esa canción que llegaba a las plataformas digitales a mitad de esta semana. "Una mujer no tiene que hacer nada especial para ser la reina del baile en una noche cono esta. Que se sienta la reina del baile como y cuando quiera", y se lanzaba a cantar. 'Aprieta', 'Amor planetario', 'Tan solo tú' y 'Yo quiero vivir', eran el 'sprint' para llevarle a la meta. Ese 'Hasta por la mañana' que le servía de fin de fiesta. Bueno, del musical.

Carrasco terminaba como ha comenzado cada uno de los conciertos de esta gira: lanzando una flecha. Sus hijos aparecían para fundirse con el artista en uno de esos abrazos que, tras un esfuerzo físico de tamaña magnitud, revitalizan. No se olvidaba de nadie en los agradecimientos. Ni de esa familia que sufre las ausencias, como pasa en la vida de cualquier estrella de la música -porque ha demostrado, sobradamente, que lo es- hasta todas las personas que han trabajado para ponerlo en pie. "Cuando uno cumple años, valora más los momentos, y, un día como hoy, lo percibo. Es uno de los días más importantes de toda mi vida", abría el alma entera. "Yo que staba destinado a ir por la vida caminando con un pie detrás de otro sin elevar mucho el paso, estoy volando bajo un cielo y estrellas con nombre y apellidos, que son ustedes", arañaba hasta el corazón más férreo. "Gracias por llenar mi camino. Ahora sí, toca despedida. Bajar el telón para dar paso a nuevos horizontes. Espero que nos encontremos de nuevo en el camino o en las estrellas, gracias Madrid. Os quiero mucho. Muchísimas gracias por esta noche".

Un punto y final a la altura de lo que es: alguien que no se olvida de dónde viene, sin perder la vista en hacia dónde va, y reconociendo que no siempre todo fue tan sencillo. Le cueste más o menos, aquí estaremos, al otro lado, esperando lo próximo que tenga por ofrecernos Manuel Carrasco.