El contratiempo de salud del hermano de David Bisbal que trunca su sueño deportivo: "Baja por enfermedad"

Han pasado unas semanas desde que conociéramos que José María, el hermano mayor de David Bisbal, había encontrado una dedicación a la que aferrarse después de haberse quedado en silla de ruedas. En concreto, esa práctica del bádminton que se ha convertido en la gran pasión y refugio tras ese accidente que le llevó a estar varios meses en el Hospital de Parapléjicos de Toledo para acostumbrarse y aprender a manejar su nueva situación. De hecho, este deporte parece que no se le da nada mal.

José María debía disputar hace unos días el l Spanish International Parabadminton que servía para obtener plaza en los Juegos Paralímpicos que se disputarán este verano en París. Y decimos debía, porque no ha podido hacer. Desde la propia organización del torneo informaban de este contratiempo. "La participación española la componen 8 deportistas tras la baja de José María Bisbal por enfermedad", era el aviso que se podía leer en la web oficial.

Una lástima teniendo en cuenta, además, que José María está considerado, en estos momentos, como una de las mejores raquetas del panorama nacional dentro de la categoría WH1, que acoge a los deprotistas con "una limitación considerable del movimiento en un lado del cuerpo hasta la mitad del torso y de las piernas".

Así se anunció la noticia de la lesión medular

Fue en noviembre del pasado año cuando se conocían los primeros detalles de lo que le había sucedido al hermano de una de las voces más representativas de la mejor variedad musical que escuchas en CADENA 100. Era él mismo quien daba una escuetas declaraciones al portal de noticias 'Informalia' en las que explicaba lo sucedido sin entrar en demasiado detalle. "Me han dado recientemente el alta de este magnífico hospital donde he estado ingresado casi cinco meses por una lesión medular", se refería con ese cariño al centro médico en el que le habían tratado. "Se puede vivir así, de hecho, estoy viviendo así y soy completamente autosuficiente, no necesito ayuda de nadie", añadía en tono positivo, aunque sin olvidar de lo que le ha costado llegar a este punto de aceptación: "Llegué con una depresión bastante severa, porque esta lesión es difícil de aceptar. Pero una vez aceptada y asimilada, ¡decidí tirar para delante! Estoy muy feliz y con muchas ganas de disfrutar de la vida".

"Todo el mundo me decía en Almería que iba al mejor hospital de este tipo de España y puede que de Europa, pero creo que ni siquiera los profesionales que me decían esto sabían lo que realmente significa este hospital y lo que nos ofrece a los pacientes con lesión medular", continuaba poniendo en valor el trabajo que han realizado conél en ese centro médico en el que ha visto cosas terribles, tal y como relataba: "He podido ver mucha gente que ha ingresado sin mover piernas ni brazos y sin embargo han salido andando, algunos con muletas, otros con andador e incluso sin ninguna herramienta de éstas. En mi caso, que voy en silla de ruedas, me han enseñado a vivir con ella, porque no se trata solo de la rehabilitación diaria de tu lesión, sino que te enseñan a vestirte solo, a pasar de la silla a la cama y viceversa, a subir y bajar de camillas, subir y bajar del coche".

"Te enseñan a ir al baño solo, a ducharte solo, a bajarte de la silla, subirte a ella, subir y bajar aceras, bajar escalones. Puedes hacer talleres de pintura o de memoria, distintos deportes en silla de ruedas como tenis de mesa, baloncesto, bádminton. Es decir, te enseñan a vivir así y a enfrentarte a la realidad que hay fuera del hospital", explicaba José María antes de reconocer que hatenido un punto de apoyo determinante en todo este proceso: Lupe, su mujer. "Sin la gran ayuda durante los primeros meses de Lupe, mi mujer, no sé lo que habría pasado", se dirigía a ella.