Día Mundial de la croqueta: origen y curiosidades de una receta francesa adoptada por nuestra gastronomía

La croqueta es una receta que va más allá de la bechamel y de su rebozado. Es un plato que evoca a la nostalgia, a aquellos momentos en los que nuestras abuelas y madres nos las preparaban. Hoy, 16 de enero, es el día para hacer homenaje a una de las recetas más icónicas de la gastronomía española. Pero detrás de su olor y empanado, hay un origen y una serie de curiosidades que hacen que receta sea más única que nunca.

Una receta de origen francés

Aunque ubiquemos a la croqueta como una receta típica española, ¿sabías que esta receta es de origen francés? Todavía existen diferentes teorías de quien fue realmente el dueño de esta receta. Hay quienes dicen que la versión más parecida a la croqueta actual viene Louis de Béchameil, el cocinero del rey Luis XIV. La receta se denominaba en aquella época como 'croquette à la royale'. Sin embargo, también existe la teoría de que la creó François Massialot quien en 1691, dejó constancia escrita del la palabra bechamel en su recetario 'Le cuisinier roial et bourgeois'.

Poco a poco se fue extendiendo a otros países alrededor de Francia. Concretamente en España, se caracterizó precisamente por ser un producto cocinado con las sobras de alimentos. Expertos apuntan a que la receta francesa se asentó en nuestro país durante la Guerra de Independencia y a partir de ahí, la receta fue ganando popularidad.

El día mundial de la croqueta lo inventó una española

La elección de la fecha para conmemorar la receta no es fruto de la casualidad. La periodista Cristina Barbero estaba inmersa, durante 2015, en una campaña de comunicación para un restaurante, y ahí fue donde lanzó una nota de prensa donde puso fecha al día mundial de la receta. Esta campaña se hizo viral en redes, y finalmente de forma popular, se fijó la jornada de la receta como el 16 de enero.

Claves para hacer una buena croqueta

No todo el mundo conoce los secretos de como hacer una buena croqueta. Una de las claves es crear una buena base. Para hacerla lo ideal es echar la misma cantidad de mantequilla y aceite de oliva, picar cebolla extremadamente pequeña para dar sabor, y echar nuez moscada, pimienta y sal. Añadiendo harina es lo que denominaremos 'roux'.

Posteriormente, para hacer la bechamel habrá que echar leche y es aconsejable usar caldo para aportar un toque especial, si es casero mejor. Es importante buscar una buena consistencia con la harina para que el rebozado sea más fácil, si no, se podrían deshacer durante este paso. Importante, una vez que la bechamel quede preparada, deberá reposar 24 horas en la nevera para su posterior empanado. El rebozado se realizará con harina, huevo y pan rallado.