El ingrediente perfecto para que tus croquetas sean bajas en calorías
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Muchas veces evitamos hacer croquetas por lo que puedan llegar a engordar. Pero la verdad que es una de las recetas más recurridas en muchas ocasiones para una cena rica y también para cualquier picoteo que queramos hacer en casa para amigos o familiares.
Si eres de esos que te atreves a preparar las croquetas o te quieres atrever a hacer su versión más sana, te damos tres consejos esenciales para que tu croqueta quede buenísima pero un poco más sana que las tradicionales.
La elección del interior
Una de las cosas más importantes para elaborar una croqueta sana es elegir unos buenos ingredientes en su relleno. Por eso, es fundamental intentar evitar los procesados como fiambres y embutidos o quesos muy curados y en su reemplazo, emplear queso fresco, verduras, pollo o huevo, eso sí bien aderezados con especias como la nuez moscada o la pimienta. Lo mejor es utilizar ingredientes siempre frescos y mejor si son de estación y lograremos un interior más sano en nuestras croquetas.
Para la bechamel lo más recomendable es usar leche desnatada o bebida vegetal y harina integral, de quinoa o de otro cereal o legumbre para espesar la misma. La materia grasa será aceite de oliva extra virgen que es el de mejor calidad y estabilidad ante el calor.
La fritura más sana
Lo más tradicional sería pasar por harina, huevo y pan rallado antes de cocinar las croquetas. Pero existen otro tipo de rebozados que son ricos en fibra y con mejores nutrientes que los tradicionales.
Para evitar las harinas refinadas podemos reemplazar las mismas por opciones integrales tales como pan integral rallado o harina integral o mi sugerencia: copos de quinoa o avena, así como mezcla de harina integral con semillas varias.
Los copos de quinoa o avena le dan una buena textura crujiente a la croqueta, se adhieren muy fácil al huevo y aportan mucha fibra. Otra opción recurrida sería utilizar una mezcla de frutos secos triturados junto a un poco de harina integral, salvados de trigo o avena, harina de quinoa o de maíz que poseen mucha más fibra que la de trigo blanca, entre otros.
La cocción
En cuanto al cocinado, mejor al horno. Con la ayuda de un pincel les daremos una fina capa de aceite por ambos lados y girando a mitad de cocción para lograr un ligero dorado relativamente. Aunque también podemos cocinar las croquetas y dorarlas en sartén a fuego moderado si esta es antiadherente o nos permite un muy poco uso de aceite.
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